Esta película hará las delicias de los fans de Woody Allen. Todos los demás saldremos del cine pensando cómo es posible volver a ver una película de este director. Aburrida y llena de frases presuntamente inteligentes que no tienen ningún sentido o gracia. El bueno de Woody Allen parece que ha encontrado su sustituto en el insulso de Jesse Eisenberg. El papel protagonista es, sin lugar a dudas, Woody Allen actuando, pero como ya le pilla un poco mayor, pues lo hace a través del joven actor. Este último lo borda: la misma inexpresividad y pusilanimidad interpretativa del afamado neoyorkino. También es digno de mención el enlace a la crítica de Carlos Boyero: la desgana de sus comentarios y el esfuerzo titánico por buscar buenas palabras dejan al descubierto su verdadera opinión.