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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
7
Terror. Fantástico Cinco chicos van a pasar el fin de semana a una cabaña perdida en un espeso bosque en las montañas de Tennessee. Una vez instalados, y cuando se encuentran cenando, la trampilla que da acceso al sótano se abre de golpe. Extrañados, deciden bajar a investigar. Allí encuentran un magnetófono, un extraño cuchillo ritual y un libro antiquísimo. (FILMAFFINITY)
15 de diciembre de 2013
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los inocentes deben sufrir.
Los culpables deber ser castigados.
Debes probar la sangre para convertirte en un hombre.
Los muertos se levantarán.

1981: Nos encontramos ante un filme revelador dentro del género, como aquellos que marcaron Tobe Hooper o Wes Craven en los 70 con “La matanza de Texas” y “La última casa a la izquierda”. Fue Raimi realmente aquel que recogió el legado de los 70 e impulsó todo lo venidero a partir de los 80. Recién salido de la escuela de cine y con su entusiasmo patente en el humor y frenetismo de la propia cinta, un director con 22 años catapultaba la sangre como terapia de choque entre la teatralidad de la Commedia dell'arte; propiciada por la economía narrativa y un concepto del recital compuesto de catarsis gore, slapstick y giros tan pomposos y aparatosos como letales y pesadillescos. Desde la autocracia en la puesta en escena hasta sus planos subjetivos, el alcance de “Posesión infernal” es un extenso clímax y gran exorcismo para los propios espectadores, poseídos por atmosfera y la atinada percepción de un cóctel de instintos, improvisación tan desenfrenada como inspirada frente al bajo presupuesto.

Hasta esa vieja grabación y la fatalista cuenta atrás hasta el amanecer, el género parecía víctima del olvido en viejos bosques hasta que fue invocado para poseer y recuperar el control. El viejo terror necesitaba a cuerpos jóvenes y presuntuosos que fueran (in)capaces de soportar el infierno que les poseía y marcharan, cual animales en un ritual, a la mutilación, el lacerante dolor y la muerte definitiva como sacrificio. Así fue (y es) el cine de género, desde entonces, cada vez que algún (des)afortunado director decide implorar a los demonios del pasado. Sam Raimi fue infernalmente poseído y torturado pero logró sobrevivir para ofrecernos una de las cintas insignes y fundamentales del terror de finales del Siglo XX.
Maldito Bastardo
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