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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
6
Ciencia ficción. Aventuras. Acción La tripulación de la nave Enterprise recibe la orden de regresar a la Tierra para enfrentarse a un terrorífico grupo que, desde dentro, ha perpetrado un ataque contra la cúpula de la Federación, sumiéndola en una profunda crisis. Para solucionar el problema, además de un asunto personal, el capitán Kirk encabeza una incursión a un planeta en guerra para capturar a un hombre que es un arma de destrucción masiva. A medida que nuestros ... [+]
15 de diciembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
J.J. Abrams ha diseñado una película admirable de entretenimiento desquitándose de cualquier tipo de complejidad en su trama, hecho que no que descarta que su guión esté muy pulido y delineado perfectamente potenciando a sus personajes. Incluso cierto ‘desnudo’ injustificado podría divisarse como en anhelo del público por girar el cuello de Kirk y ocupar su punto de vista para romper el fuera de campo. Los espectadores ansían mirar… y el director de “Super 8” ejemplifica el entretenimiento en curvatura para ofrecerles el festín que desean.

La oscuridad anunciada en su título no hace mención ni referencia a cualquier moda nolanista sino a la exploración de la muerte y el sacrificio como resurrección y cambio interior inspirándose en homenajes propios de la saga. Podemos debatir si Khan/John Harrison (Benedict Cumberbatch) podría haber sido prolongado crecidamente en el metraje como villano o si tenía que haberse tragado sus lágrimas ¿de cocodrilo? Más allá de decisiones morales, “Star Trek: En la oscuridad” brinda el reflejo de personajes en la tinieblas equidistantes que ofrecen el propio Khan y Marcus —interesante el rescate abramsiano de Peter Weller— sobre Kirk y Spock. Las dualidades morales entregan una interesante lectura sobre el terrorismo, la venganza y el militarismo por encima del honor que acerca a la sociedad a legitimar proposiciones racistas y belicosas para enderezar su supremacía sobre el resto. Los torpedos (de protones) asesinos van a guiarnos hacia un dislate entretenidísimo y un eclipse de la nave Enterprise sobre nuestro mundo y planeta, como icono y metáfora de una nueva deidad del mainstream.

Aparte de superar a “Star Trek” (2009) para establecer una mejor y más completa precuela, su look juvenil y atractivo expone los resortes del cine de entreteniendo entre los destellos con los que Abrams inunda la puesta en escena. Pero lo más gratificante de “Star Trek: En la oscuridad” es que los conflictos y necesidades de sus personajes no ceden a la gratuidad del espectáculo rellenado los huecos del efectismo con el que debe convivir la acción de la cinta. Conocedor de que no puede reinventar el cine sometiéndose a los cánones y moldes de las corrientes principales hollywoodienses, el creador de “Alias” y “Perdidos” nos ofrece una torsión de la distracción y el pasatiempo sobre motores de última generación para procurar una salida y futuro. Conocemos el punto de origen y el destino pero Abrams nos invita a fijarnos en el juego de luces de todo artificio y estela de cualquier icono proyectado en una pantalla y, por extensión, universo.
Maldito Bastardo
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