Resumen de esta monstruosa propuesta: padres en la guerra y huevos mágicos… Semejante combinación de elementos son tan contraproducentes como meterse una copia en DVD de la película directamente por la boca, deglutir y digerir… y esperar a que nazca, vía implosión fecal, un ‘bonito’ monstruo. Este caballo de mar de hace un poco grande y monstruoso aunque tampoco arroja fuego ni arrasa con ciudades… Sí, ‘esto’ es una película familiar donde el pequeño y solitario tocará un falo-cabeza-de-falofante de proporciones épicas (y fálicas).

El perro de los malos se llama Churchill y el monstruo se vuelve monstruo… No faltan los momentos acuáticos, los momentos sensibleros y todos aquellos momentos que ya hemos visto tantas veces (y momentos) en otras monstruosas producciones similares en momentos dentro del momento. Con tanta copia de la copia que a su vez copió la copia y de nuevo copió… uno ya pierde el rumbo y sin pena ni gloria la noche confunde al tiburón. El lago no es lago sino un mal trago.

“Mi monstruo y yo” podríamos resumirlo para finalizar como el enésimo cruce de “Liberad a Willy” y “El monstruo del Lago Ness”. Sí, la cosa también va de huidas y saltos… pero sin canción de Michael Jackson y/o Albano. O sea, sin plagio pero con plagio, ¿se me entiende?