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Voto de Maldito Bastardo:
7
6,8
20.455
Comedia. Drama. Fantástico. Romance
Stephane (García Bernal), un joven diseñador mexicano tímido e introvertido, es hasta tal punto cautivo de sus propios sueños que a duras penas controla su imaginación, que amenaza con imponerse al mundo real. Su madre, que es francesa, le ofrece un trabajo y lo convence para que vuelva a París. Su decepción es grande cuando comprueba que se trata de un trabajo rutinario en una pequeña oficina que comparte con tres singulares ... [+]
11 de febrero de 2007
60 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
07:00 – 07:45
La melodía de mi móvil, “After Hours” de The Velvet Underground, me indica que es el momento de levantarme.
El letargo hace que entre en la bañera sin ninguna clase de pereza. Mis ojos no han tomado el control de la realidad: el agua que me rodea parece que son tiras de celofán que se pegan a mi cuerpo.
07:45 – 07:50
Cuando salgo de mi casa observo la puerta de mi vecina de enfrente. Es una chica que se mudó hace un par de semanas y vive sola. Se llama Stéphanie. A veces creo que escucho su voz cuando duermo pero tan sólo conservo vagos recuerdos de sus palabras. Apenas hemos intercambiado algunas frases debido a que en su mudanza un piano casi me aplasta. Una amiga suya, muy atractiva y que se llama Zoé me puso un vendaje. Me confundieron con uno de los empleados de mudanzas aunque creo que ellas también me tomaron el pelo respecto a su profesión. Ahora tengo que tener cuidado para que no vean entrar o salir en mi piso. Me gustaría conocerlas más.
08:45 – 09:00
Momento café en la empresa. Una compañera, delgada, rubia y con gafas, comenta que su hija dibujó un extraño garabato con un barco y un árbol creciendo en su interior. Un compañero, con gafas y el pelo canoso, hace un chiste sexual sobre la inspiración de la criatura y un posible descubrimiento nocturno al abrir la puerta del dormitorio de sus padres. Otro compañero que escucha la conversación, pequeño y delgado con el pelo rizado y perilla, comenta algo, pero como al resto nos cae mal le ignoramos y seguimos hablando.
09:00 – 14:00
El trabajo es extremadamente mecánico y poco creativo. No desearía a nadie ser maquetista de calendarios. Mi madre me engañó para que volviese aquí. Pensaba que podría dar rienda suelta a mi lado creativo con mi gran idea: un calendario compuesto por mis ilustraciones sobre catástrofes.
14:00 – 15:00
En la hora de la comida creo ver a Stéphanie mirando un escaparate de una juguetería. Cuando me acerco a la tienda ella ya se ha ido pero me quedo observando en la vitrina un caballo de peluche. Seguro que es lo que ella miraba pero ahora está cerrada. Prometo volver para comprarlo.
La melodía de mi móvil, “After Hours” de The Velvet Underground, me indica que es el momento de levantarme.
El letargo hace que entre en la bañera sin ninguna clase de pereza. Mis ojos no han tomado el control de la realidad: el agua que me rodea parece que son tiras de celofán que se pegan a mi cuerpo.
07:45 – 07:50
Cuando salgo de mi casa observo la puerta de mi vecina de enfrente. Es una chica que se mudó hace un par de semanas y vive sola. Se llama Stéphanie. A veces creo que escucho su voz cuando duermo pero tan sólo conservo vagos recuerdos de sus palabras. Apenas hemos intercambiado algunas frases debido a que en su mudanza un piano casi me aplasta. Una amiga suya, muy atractiva y que se llama Zoé me puso un vendaje. Me confundieron con uno de los empleados de mudanzas aunque creo que ellas también me tomaron el pelo respecto a su profesión. Ahora tengo que tener cuidado para que no vean entrar o salir en mi piso. Me gustaría conocerlas más.
08:45 – 09:00
Momento café en la empresa. Una compañera, delgada, rubia y con gafas, comenta que su hija dibujó un extraño garabato con un barco y un árbol creciendo en su interior. Un compañero, con gafas y el pelo canoso, hace un chiste sexual sobre la inspiración de la criatura y un posible descubrimiento nocturno al abrir la puerta del dormitorio de sus padres. Otro compañero que escucha la conversación, pequeño y delgado con el pelo rizado y perilla, comenta algo, pero como al resto nos cae mal le ignoramos y seguimos hablando.
09:00 – 14:00
El trabajo es extremadamente mecánico y poco creativo. No desearía a nadie ser maquetista de calendarios. Mi madre me engañó para que volviese aquí. Pensaba que podría dar rienda suelta a mi lado creativo con mi gran idea: un calendario compuesto por mis ilustraciones sobre catástrofes.
14:00 – 15:00
En la hora de la comida creo ver a Stéphanie mirando un escaparate de una juguetería. Cuando me acerco a la tienda ella ya se ha ido pero me quedo observando en la vitrina un caballo de peluche. Seguro que es lo que ella miraba pero ahora está cerrada. Prometo volver para comprarlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
15:00 – 17:00
En la empresa hablo con mi madre y discutimos. Quiere que le haga una visita para conocer a su nuevo novio. También ha sido un mal día en el trabajo porque he discutido nuevamente con mi jefe respecto a mis ideas creativas.
17:00 – 19:30
Sesión de DVDs en casa. Tarde con Michel Gondry: revisión de algunos de sus videoclips y “Olvídate de mí!”. Me fijo en especial en los videos de Foo Fighters (“Everlong”) y Oui Oui “Les Cailloux”.
19:30 – 20:00
Salgo a la calle y me acerco a la juguetería. El caballo no está en el escaparate y paso a preguntar. Una chica lo ha comprado esta tarde y no tienen más. Espero que sea Stéphanie. Me fijo en otros juguetes que tienen. Me recuerdan a los que fabricaba de pequeño junto a mi padre. Le echo de menos. Creo que en mi piso todavía los guardo. Si me acuerdo los buscaré y se los enseñaré a Stéphanie. Le encantaría ver mi máquina del tiempo y mis cascos para adivinar pensamientos.
20:00 – 21:00
En mi casa miro por la ventana y observo la ciudad. Parece hecha de papel. Pienso en realizar una visita a Stéphanie para confirmar si ha comprado el caballo de la juguetería pero el mero hecho de inventar una excusa me hace desistir. Tengo que contarla la verdad… pero ¿cómo? Podría escribirle una carta en mi vieja máquina de escribir.
Me pongo a dibujar y me sale un boceto de un barco con un árbol creciendo en su interior. Es lo único bueno que recuerdo del monótono trabajo.
21:00 – 00:00
Pasan por la tele “Y tu mamá también”. En la publicidad hago zapping y en un canal veo fragmentos de “Mi mujer es una actriz”. Tengo muchísimo sueño, tanto, que he creído que en televisión estaban pasando un programa realizado en un estudio cutre en el que yo era el presentador. Se llamaba Stéphane TV. ¿Será mi cerebro?
Antes de acostarme miro un póster de “Viaje a la Luna” que tengo encima de mi cama.
00:00 – 07:00
Sueño… Sueño que entro en un cine, que se apagan las luces y veo una película. Pero no consigo recordar de qué iba, qué contaba, quién salía o la dirigía.
Tan sólo que al final cuando aparecían los títulos de crédito estaba feliz. Muy feliz.
En la empresa hablo con mi madre y discutimos. Quiere que le haga una visita para conocer a su nuevo novio. También ha sido un mal día en el trabajo porque he discutido nuevamente con mi jefe respecto a mis ideas creativas.
17:00 – 19:30
Sesión de DVDs en casa. Tarde con Michel Gondry: revisión de algunos de sus videoclips y “Olvídate de mí!”. Me fijo en especial en los videos de Foo Fighters (“Everlong”) y Oui Oui “Les Cailloux”.
19:30 – 20:00
Salgo a la calle y me acerco a la juguetería. El caballo no está en el escaparate y paso a preguntar. Una chica lo ha comprado esta tarde y no tienen más. Espero que sea Stéphanie. Me fijo en otros juguetes que tienen. Me recuerdan a los que fabricaba de pequeño junto a mi padre. Le echo de menos. Creo que en mi piso todavía los guardo. Si me acuerdo los buscaré y se los enseñaré a Stéphanie. Le encantaría ver mi máquina del tiempo y mis cascos para adivinar pensamientos.
20:00 – 21:00
En mi casa miro por la ventana y observo la ciudad. Parece hecha de papel. Pienso en realizar una visita a Stéphanie para confirmar si ha comprado el caballo de la juguetería pero el mero hecho de inventar una excusa me hace desistir. Tengo que contarla la verdad… pero ¿cómo? Podría escribirle una carta en mi vieja máquina de escribir.
Me pongo a dibujar y me sale un boceto de un barco con un árbol creciendo en su interior. Es lo único bueno que recuerdo del monótono trabajo.
21:00 – 00:00
Pasan por la tele “Y tu mamá también”. En la publicidad hago zapping y en un canal veo fragmentos de “Mi mujer es una actriz”. Tengo muchísimo sueño, tanto, que he creído que en televisión estaban pasando un programa realizado en un estudio cutre en el que yo era el presentador. Se llamaba Stéphane TV. ¿Será mi cerebro?
Antes de acostarme miro un póster de “Viaje a la Luna” que tengo encima de mi cama.
00:00 – 07:00
Sueño… Sueño que entro en un cine, que se apagan las luces y veo una película. Pero no consigo recordar de qué iba, qué contaba, quién salía o la dirigía.
Tan sólo que al final cuando aparecían los títulos de crédito estaba feliz. Muy feliz.