«Oro, para quién muestre su valentía
Incienso, para premiar la humildad
Mirra, para quién actúe de corazón»

Aunque la historia pretende ser actual e intencionadamente anglosajona, para la venta y distribución internacional, opta por recursos tradicionales y escasamente originales. Desde su arranque muestra sus cartas: una historia contada a un niño solitario y duro que ha dejado de creer en la libertad de soñar. Lobos, magos oscuros en plan seudo-Voldemort demoniaco y magia para incrustar el relato lleno de referencias bíblicas y mitológicas. Los grandes demonios son mutantes y se nos explicará el origen del carbón y del celo de los camellos.

Hay de todo: jóvenes rebeldes y movimiento 6E con camelloflautas, ratones con nombres-de-renombre como Aristóbulo, acertijos hueveros y superación personal. Más cerca de “Encuentros en la tercer fase” y el Carnaval de Río que de una película bíblica sobre los Reyes Magos el efecto Disney se apodera de ese ‘Valor’, ‘Humildad’ y ‘Corazón’ con el que predica. ¡Wall Street se merece una cabalgata ya! Aunque esta película hace que te vuelvas republicano y camelloflauta… y eso que decían que era para niños…

«Oro, del que cagó el moro
Incienso, ¡no! que me pongo hipertenso…
Mirra, ni qué mirra… ¡ponme una birra!»