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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
7
Terror. Ciencia ficción Rick Grimes (Andrew Lincoln), el ayudante del sheriff de una pequeña localidad de Georgia, se despierta de un coma en un hospital tras haber sufrido un tiroteo en la carretera. Enseguida se da cuenta de que algo extraordinario está pasando. El tiempo parece haberse detenido y, a su alrededor, sólo encuentra muerte, sangre y soledad. Por alguna extraña razón, la mayor parte de los hombres se han convertido en zombis. En medio de esta ... [+]
4 de noviembre de 2010
41 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
“The Walking Dead” promete cuotas inimaginables para un género que no tenía una digna representación en formato serie. Publicidad viral, un pre-piloto lanzado a la red como una aparente orquestada maniobra que dejó reducida finalmente su duración a lo que debía y tenía que ser y cuyas cuotas de audiencia dejan claro que lo importante es que se hable de ti, pero que se hable, al fin y al cabo.

La reacción por parte de las grandes cadenas ha sido ponderar las series mediante la momificación desde su arranque. Una muestra de calidad superlativa que pueda hacer palidecer hasta a los mismísimos difuntos. No es una moda pasajera sino una realidad vírica que ha inundando a todos por igual. ¿Fue J.J. Abrams aquel que empezó a fomentar aquello de que la casa se empieza por unos buenos y carísimos cimientos? Tal vez, pero ahora se suma la elección de grandes nombres que engalanen la calidad de la misma serie. Martin Scorsese para ese nuevo ‘pepinazo para incitar el alcoholismo perpetuo a la HBO’ llamado “Boardwalk Empire” y ahora Frank Darabont para que muchos se muerdan a bocados y se hagan adictos a su nueva ración de carne fresca semanal.

Es cierto que el piloto de “The Walking Dead” tiene elementos recurrentes tanto en tramas, personajes como conflictos de los mismos. Por un lado el arranque es prácticamente idéntico y calcado a “28 días después” o al desenlace de “Resident Evil” utilizando un hospital y la elipsis como método de involucrar a golpe de shock al protagonista. Eso es que las coordenadas del género siguen en las credenciales de la serie. ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿28 días? Parece que se pretende eludir ciertas explicaciones o dar la información poco a poco. Es una pequeña tradición dotar de elementos tan convincentes como de licencias criticables cualquier ficción que incluya cualquier atisbo fantástico.

Los clichés se amontan en innumerables lápidas como las reiteradas apuestas. ¿Dónde se encuentra, entonces, la grandeza del piloto “The Walking Dead”? Tal vez en sus acercamientos al western como género descriptivo dentro de un entorno muerto y solitario. Los grandes desiertos y paisajes han sido sustituidos por periplos de pasada tragedia y caminantes que acechan en pequeñas tribus. Esos reconocibles ecos iniciales a lo Peckinpah que mueren para volver a la vida en un repaso rome-fordiano que aplasta la acción mediante silencios y una visión panorámica del horror. No hay lugar para la esperanza en un mundo donde la muerte camina y en multitud.

Frank Darabont dispara y alto. Y es de todos conocido que en una Apocalípsis Zombie un disparo atrae los ‘caminantes’. A muchos caminantes que habitan y andan en un mundo muerto. Ahora son millones los que miran a través de un televisor y siguen pensando si seguirán vivos con las dosis de terror o la tensa espera que les esperan a través de su pantalla cada semana.
Maldito Bastardo
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