Veo que el chorreo de ectoplasma por la entrepierna (y otras partes) de muchos también está afectando al cerebro. Sin acritud y sin ofender, “Promoción Fantasma” no es más que una copia de las peores fórmulas del blockbuster norteamericano intentando buscar un cruce entre “El club de los cinco” y “Agárrame esos fantasmas”. ¿Lo consigue? En mi opinión, para nada… aunque como esos blockbusters tendrá cierto éxito en la taquilla, única finalidad por la que está hecha la cinta.

Para empezar, el único parecido con “El club de los cinco” es que son cinco y que estaban castigados en una biblioteca y su único punto en común con “Agárrame esos fantasmas” es que salen… fantasmas. El propio director ha declarado que no es ni un homenaje ni una película nostálgica y se nota. Estos fantasmas no tienen la mala leche de los de “American Horror Story” ni se busca una vía de divertimento a “La noche del baile de medianoche” o “El terror llama a su puerta”. Es una comedia romántica blanda con tanteos fantasmales con la show movie en versión último curso que parece un cruce de “Entre fantasmas” y “Física o Química”. Esta película tiene de ambientación española lo que “Los Goonies” a “Verano Azul”. La acumulación de referencias al cine norteamericano de instituto y sus clichés son visibles: el grupo fantasmal está compuesto por un macarra (“Grease”), por el típico chico-popular-ligón-deportista con cazadora yanqui, por una empollona versión Steve Urkel, por la chica popular que se queda preñada (más “Grease” y además que en España no se veían adolescentes yendo a clase con bombo a lo “Juno” en la España de los 80) y un eterno borracho freak con vestimenta robada a “Miami Vice”.

Aparte de un rácano balón de Naranjito, localizado en plan Buscando a Willy, no hay guiños ni referencias al universo made in Spain de los 80. Incluir el ‘Total Eclipse of the Heart’ de Bonnie Tyler no es retro ni ochentero, es de ‘radiofórmula’ de M-80. Mucho más el ‘Enamorado de la moda juvenil’ de Radio Futura o mencionar de pasada a Mecano, Nacho Pop o Michael Jackson. Está claro que el homenaje si es que existe es sobre el baile espantoso del ‘Saturday Night’ de Whigfield de los noventa y traumas pasados por un beso etéreo. Los ochenta de la Súper-Pop, de la Teleindiscreta o de “V” no están presentes aquí ni en esencia ni en forma ni en contenido. Simplemente está película gustara (y mucho) a gente adolescente y fans de Joaquín Reyes y Carlos Areces. Los más viejunos tendremos que seguir esperando a otra 'promoción'.

La pregunta que me hago es por qué no han unido el cine comercial americano con nuestros ochenta y el cine quinqui. Si la película de Javier Ruiz Caldera fuera un cruce con fantasmas de “Yo, El Vaquilla” y “Verano Azul” sería una bizarrada monumental. Ahora es, simplemente, un éxito fantasma que pasará al otro lado del olvido en poco tiempo.