Haz click aquí para copiar la URL
Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
4
Comedia Dos amigos lamentan que el matrimonio les haya arruinado toda posibilidad de diversión, especialmente en lo que al sexo se refiere; sus esposas deciden entonces concederles un fin de semana libre, un paréntesis de libertad, en el que podrán desmadrarse todo lo que quieran, sin remordimientos ni explicaciones. (FILMAFFINITY)
21 de mayo de 2011
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Farrelly siguen viviendo de rentas pasadas todavía en los carteles de sus películas de estreno: de los directores de “Algo pasa con Mary”… Perdón por lo de ‘rentas’ porque es singular: desde las peripecias alocadas de Cameron Díaz y Ben Stiller poco han aportado a la comedia grosera que ellos empezaron a acuñar en el mainstream. Un escupitajo a la cara del espectador como medida de tergiversar el género mediante la carcajada arrancada de lo bestia, de lo que nadie se atrevía a hablar y mucho menos mostrar: chistes con semen, maltrato animal, carne escrotal y desnudos femeninos de carnes flácidas.

Risas y relevo. La comedia gamberra se hace adulta y ya no retrata las peripecias de adolescentes sino de pitopaúsicos con reclamos sexuales ante la aburrida vida matrimonial. ‘Follas menos que un casado’, parece el lema de la película para basarse en una situación límite de crisis matrimonial (realmente inexistente y poco creíble en el guión) que ocasiona una decisión unilateral de dos mujeres frente a sus respectivos maridos y amigos: carta blanca durante una semana fuera de la vida matrimonial. La premisa podría generar una revisión de la comedia gruesa a lo “Resacón en Las Vegas” pero tiene cierto espíritu al trasnoche, la caspa patria mejor explotada por Ozores y la comicidad Farrellytica se hace por comparaciones de penes y chistes de labios vaginales.

Obviamente tiene una mayor carga moral en ver que sus mujeres tienen más éxito que los hombres y es que la que maneja las relaciones aquí son las hembras frente a sus inconstantes, irregulares e infructuosos intentos de ligoteo de sus esposos. La puesta en circulación necesita ayuda de aprendizaje en plan “Hitch: Especialista en ligues” y el choque generacional es constante. Hay apología del tamaño del pene como nuevo trasgresión fálica y directa del gag. ¿Es ese el rumbo de la comedia americana? Mostrar pichas, macrofalos y micropenes. Nada más lejos de la realidad porque tiempo atrás “Little Britain USA” ya jugaba a esas cartas marcadas por penes micro-largos a golpe de látex en gimnasios.

La única manera de entender “Carta Blanca” precisamente es como una domesticación de la comedia transgresora mediante el filtro censor de lo políticamente correcto. Mejor lo que tiene uno en casa que buscar entre pitos y chistes escatológicos. El invento les funcionaba mucho mejor a los Farrelly tiempo atrás si hubo tiempo y si hubo atrás. Como aquel que recuerdan, a golpe de Photoshop, donde la tentación es rubia y viene de arriba abajo. Tener o no tener, esa es la cuestión. Gag en carta blanca, porque lo incorrecto acaba siendo lo correcto.
Maldito Bastardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow