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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
2
Ciencia ficción. Acción. Thriller. Drama Gran Bretaña, 2007. El letal virus "Reaper" ha aniquilado a cientos de miles de personas. El gobierno británico decide evacuar a los supervivientes sanos y rodear con una muralla el área afectada para evitar la huida de los infectados. Cuando, treinta años después, el virus reaparece, el gobierno envía a la zona un equipo de especialistas de élite, dirigido por el Mayor Eden Sinclair, con la misión de obtener una vacuna a cualquier ... [+]
2 de mayo de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como muchas epidemias anteriores la pérdida de tantas vidas comenzó con un ‘organismo’, tal vez con micropene. El 27 de abril de 2008 en Glasgow alguien se tiró un Cuesco y mató a cientos de personas. Salió hasta en los periódicos gratuitos. Los virus no eligen tiempo ni espacio. No odian ni tienen un interés en particular. Sólo ocurren. El virus de la Dooms-Parca se esparció por Glasgow como un resfriadillo común pero sin mocos. Nada lo detenía. Ni un disco de La Pantoja. Ninguna cura. Ninguna vacuna. Se llevó los cerebros de miles en la primera semana. ¡Es el fin del mundo! SE ACERCA EL FIN. Escocia (y escocía) se puso en ‘quarantine’ (que en inglés queda más chungo). Se ordenó a la gente que se quedara en sus casas, que no viajara ni se relacionara y que viera Telemadrid para mantenerse informado. Y que se sentara a esperar si al menos le ponían partidos de fútbol… pero NO. Esto era una ‘quarantine’ de verdad.

El muro tenía nueve metros de alto, revestido con blindaje de acero y toda la filmografía de Uwe Boll en DVD para que nadie se acercara. Se extendía tanto como el pelo de Rafaela Carrá, desde la costa este a la oeste cortando a Bretaña en dos (en two, vamos). Se patrullaron y minaron las aguas costeras. Se declaró zona de exclusión aérea y se habían dado órdenes de disparar a toda nave que violara la cuarentena incluido al jet de Lady GaGa. Y se quemaron en el resto del mundo las copias de “Braveheart” por si acaso… y en alcohol para hacer un homenaje a su creador.

La idea era simple. Nadie salía ni nadie entraba. Dentro, había saqueos, violaciones y asesinatos. Nada de que lo no se hubiera visto en Telecinco en su parrilla en horario infantil. Los incendios se extendían con los saqueos y se pinchó toda la discografía de Justin Biever.
Fue un infierno.

Y allí, al otro lado del muro, sólo dejaron a un hombre… a Neil Marsahl porque él y sólo él se tiro ese Cuesco llamado película, llamado “Doomsday: El día del juicio”. Más feo que el hijo de Paquirrín con Carmen de Mariena, más cutre que un reboot de “Mad Max” protagonizado por Mel Gibson (con sus 55 años interpretando a un joven de 24) y Paris Hilton haciendo de Tina Turner (sí, no sale hasta la tercera pero así se las juega Hollywood).

Si tenéis un poco de hambre… probad un poco de vuestro amigo Marshall porque él os va a comer el cerebro con ese bodrio llamado película.
Maldito Bastardo
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