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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
3
Musical. Drama. Romance Tyler Gage (Channing Tatum) ha crecido en los barrios más peligrosos de Baltimore. Un día, tras un roce con la ley, Tyler es sentenciado a realizar un servicio comunitario en la Escuela de Artes de Maryland. Allí conoce a Nora (Jenna Dewan), una atractiva bailarina que está buscando desesperadamente a alguien que sustituya a su compañero, de baja por accidente, antes de una importante exhibición en la escuela. Espiando los movimientos ... [+]
5 de octubre de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las escuelas de arte, el yo-yo y “Fama” hicieron mucho daño a las adolescencias de los 80, pero sobre todo el breakdance y el baile callejero entre peonzas y carreras ciclistas con chapas. Seamos sinceros: cuando algo se pone de moda… genera exclusión social. Aquellos que no queríamos hacer ejercicio nos escudábamos en lo mal que acabaron sus protagonistas aunque el predominio social, en plan invasión de los ultracuerpos, convirtieron la lambada y las coreografías populares (y petulantes) del ‘Saturday night’ de Whigfield en contornos de movimientos para masas y ausencia de las mismas si eran encefálicas. Menos mal que Madonna y su coreografía de ’Vogue’ nos permitió emular a un pulpo loco y el bailecito que se marcaban Emma Thompson y Jonathan Pryce en “Carrington” nos abrió la puerta al trolleo en bodas, bautizos, comuniones y pistas de baile de toda índole.

“Step Up. Bailando”, recibida con pésimas críticas y el abrazo candoroso de sus fans, nos relevó que el fenómeno Channing Tatum surgió del ‘meneíto’. La película se forma sobre una coreografía y premisa sencilla y simple: usted rompe, usted paga. 200 horas de servicios comunitarios son impuestas para el personaje que interpretó Tatum con sus pantalones afanados en una tienda de ropa para obesos mórbidos, junto a conflictos metrosexuales y lucha de clases. Joven, pobre, en casas de acogida, con historial criminal, que se aísla con la música con un mono que no le conjunta y esconde sus sufridos músculos y abdominales. ¡Cuánta tragedia y verdad social! Se ponen los aprietos y objetivos sobre la mesa: ¿elecciones artísticas o universitarias? ¿Mallas o pantalones-cagones?

Mientras que en 2006 España contraatacaba con “La máquina de bailar” con Santiago Segura (sin comentarios), “Step Up. Bailando” demostraba que las películas de baile parecen cortadas por el mismo patrón: frigidez frente a fragor. Hielo y fuego… en un juego de troneras y troneros. El chico que lo deja todo a medias y la chica-doña-perfecta que no cuenta con el apoyo de su madre protagonizan una pasional e ‘hirviente’ historia de amor y baile. Se trata de combinar patrones clásicos con modernos, pero el problema es que cinematográficamente no aplica el dicho que predica. “Step Up. Bailando” nos habla de conocer las cosas, que bailar no es tolerado por madres burguesas ni delincuentes adictos al basket, que hay que demostrar que quieres algo, que lo quieres de verdad, de ser mejor… También sobre ‘losers’ y triunfadores y la estrecha línea que los separa: puedes acabar como Channing Tatum o como Taylor Kitsch… Depende si el meneíto lo haces en Marte o con los pies sobre la Tierra. De verdad, te lo juro por Skinny…
Maldito Bastardo
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