Innecesario remake de la ya prescindible "El rompehuesos". Prescindible porque existen decenas de películas carcelarias y de deportes mejores. Y aunque me resultó entretenida en bastantes momentos el montaje me resultó detestable y aborrecible. Inferior al realizado por la peor BBC (bodas/bautizos/comuniones). Con todo eso fue nominado al Oscar. Tal vez por su uso de la división de la pantalla con diferentes motivos tan visto en la actualidad en los videojuegos.

Su principal problema al otro lado del charco es el deporte que trata. El rugby es escasamente popular, aunque también se ha hecho un remake europeo no reconocido utilizando el deporte rey europeo, que no he tenido la “suerte” de ver (“Jugar duro”).

Por otro lado, el filme necesitaba dar un cambio en su inicio. Pueda que me crea que Burt Reynolds fuese a la cárcel a finales de los setenta por alterar el orden público y robar el coche a su novia. Pero en estos tiempos en los que si eres famoso y puedes pagar a un buen abogado, no cuela que te enchironen tres años por llamar Frodo a un policía e iniciar una persecución televisada.

"El clan de los rompehuesos" se sitúa en el cine de entretenimiento y de consumo para pasar el rato sin muchas exigencias. El producto funciona por su montaje funcional con ritmo, con los lastres de ralentís para enfatizar las emociones del espectador.
Pero no nos engañemos. “El clan de los rompehuesos” es la típica coctelera: tres tercios de remake, una parte de revival del material original (Reynolds y Ed Lauter) y lo que nos queda con los actores que mejor rendimiento pueden dar en taquilla: el chico de moda graciosote (Adam Sandler), el chico de color que hace chistes racistas (Chris Rock) y los estereotipos más al uso. Guardias idiotas y violentos (los malos), el tonto gordo, el grandote sin cerebro y toda clase de etnias carcelarias requetevistas. Si las marcas son conocidas mejor para que el cóctel funcione en el box office (WCW, NFL y raperos).

Rebajamos el producto con algunas leves modificaciones del guión original (todas a peor) para que no resulte aplastantemente previsible y una banda sonora muy de la MTV y bien. A mezclar. Ya tenemos película. Para tirar a la basura por supuesto. Aunque no se puede decir que la película sea demasiado idiota. Sus protagonistas por el contrario sí lo son.