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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
1
Terror Parece que solo un pequeño grupo de resistentes es consciente de que los vampiros campan a sus anchas por nuestro mundo. En su mano está el detenerlos. Secuela (directa para el mercado de vídeo y DVD) del film "30 días de oscuridad". (FILMAFFINITY)
20 de junio de 2011
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando elaboré una lista a finales del 2010 con lo peor, para público y crítica del año, se alzó en el quinceavo puesto “30 días de oscuridad 2: Tinieblas”. Efectivamente las hay peores pero ésta es guerrera y inefectivamente mordedora. Desde un arranque con una señora que quiere vengar a su marido y a sus vecinos asesinados por un clan vampiro dando conferencias arranca una película mediocre en la que no se sabe qué ventajas tiene ser vampiro:

• ¿Súper-velocidad a lo “True Blood”?
Ni de coña.

• ¿Estar más sexy (y chechi) que Pitt, Cruise y Banderas en “Entrevista con el Vampiro?
Ni de coña.

• ¿Súper-fuerza tradicional equivalente a una docena de hombres como marca la tradición Draculina de las películas de la Hammer?
Ni de coña.

• ¿Volar con lentillas y crear niebla hacía las ventanas de tus seres queridos como en “El misterio de Salem's Lot”?
Ni de coña.

• ¿Algo parecido a ser guay y anunciar cosméticos de Loreal y Abdominators como cualquier personaje de “Crespúsculo”?
Ni de coña. Ni de coña. Ni de coña. ¡Y Ni de Coña!

Y, entonces, ¿qué es lo bueno que tiene ser vampiro en “30 días de oscuridad 2: Tinieblas”? ¡Nada! Salvo que te guste el look de gótico piojoso (con todo el respeto para los auténticos góticos pero estos vampiros son, tienen y mueren como piojos, que todo hay que decirlo), las chupas de cuero baratas de polipiel sacadas de tiendas de tercera mano, los multi-piños de piraña, las lentillas naturales e integradas negras para la Comic-con homenajeando a “Lost” o “Heroes” y chillar como Paquirrín cuando se pilla la cola con la cremallera (habitualmente). Digamos que encima dejas de ser tú para quedar zombificado como los vampiros de “Abierto hasta el amanecer” pero encima de que te dirija una tiarrona con serpiente como Salma Hayek lo hace una que no es famosa y está todo el in-santo día en bañera (de sangre, claro, que es bueno para el cutis del vampiro).

“30 días de oscuridad 2: Tinieblas” no es que sea mala, que lo es y con creces; es que es estúpida, aburrida, previsible y para colmo de males recuerda a las auto-parodias de Bruce Campbell en “My Name is Bruce”: películas de monstruos en pasillos en donde da lo mismo el tiempo y el lugar ya el final es el mismo, el barco va a la deriva.
Maldito Bastardo
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