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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
5
Serie de TV. Terror. Drama Miniserie de TV (2011). 12 episodios. Tras sufrir algunas desgracias familiares, Ben (McDermott) y su esposa Vivien (Britton) dejan Boston y se trasladan a una casa de Los Angeles con la esperanza de reconstruir su vida. Moira O'Hara, una chica que trabajó en esa casa, aparece a los ojos de Vivien como una sexagenaria (Conroy); Ben, en cambio, la percibe como una mujer joven (Breckenridge). (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2013
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para hablar de lo que fue la primera temporada de “American Horror Story” no es necesario destripar los doce capítulos que la componen, aunque sí es obligatorio constatar las claves que la han catapultado entre el Olimpo de muchos seriéfilos:

1) El arte del refrito: Los propios creadores de la serie, Ryan Murphy y Brad Falchuk, querían hacer algo distinto. Murphy escapar del algodón de “Glee” y Falchuk apuntalar el género de terror, aunque la inspiración, homenajes y/o conexiones abarcan desde La semilla del diablo a El resplandor bajo la mirada conductora de “Dark Shadows” en la atmósfera. Pese a sus múltiples referencias, “American Horror Story” ha generado su propio estilo desde los créditos de Kyle Cooper, la banda sonora que acompaña a cada capítulo o sus referencias a la cultura popular, oscura y negra norteamericana de diferentes épocas con asesinatos en serie en institutos de principio de los noventa, Richard Franklin Speck o la Dalia Negra.

2) Sin Competencia: “Dexter” y “The Walking Dead” van por otros derroteros y, ¿se acuerda alguien de “Fear Itself” o “Masters of Horror”?

3) Jessica Lange: Guste o no la serie tanto su papel como su actuación son dignas de admiración. Constance Langdon se mueve entre la malicia, lo sibilino y bipolar y el amor maternal como bandera y ceguera enfermedad crónica.

Guste o no, hay que reconocer a Ryan Murphy su capacidad de marketing absoluta ya que ha conseguido realizar uno de los mejores productos del género de terror y con impecable acabado que puede generar la televisión de cable actual. El creador de la serie se guardó un as secreto en la manga que fue desvelado al finalizar la primera temporada y no es otro que el de aumentar la vigencia de la serie e incluso de compensar la compra de temporadas sueltas de la misma. “American Horror Story”, con ese as desvelado, se convirtió en una serie de cambios y renovaciones constantes de cara a su desenlace definitivo. Tal vez un arma demasiado potente escondida convenientemente para afianzar el efecto de una longevidad pretendida…

“American Horror Story” ha sido una serie de recursos, clichés y licencias inverosímiles (hasta para los fantasmas) durante su primera temporada para convertirse finalmente en una antología. Ciertos espectadores nos quedamos patidifusos al ver en la batidora las siguientes referencias en un popurrí del terror: “House, una casa alucinante”, “The Amityville Horror”, “La semilla del diablo”, “El resplandor”, “Poltergeist”, “Entre fantasmas” y para colmo “Beetlejuice”. ¿Funciona? ¡Desde luego que sí! ¿A qué precio? Al de creerte que los fantasmas sea etéreos o asesinos a voluntad del guión, claro. En resumen, como la cobertura de los móviles en la gran y pequeña pantalla, que no depende del operador sino del guionista.

El resulto fue tan irregular como interesante y adictivo, tan absurdo como ligeramente genial. O bien te repite, te hace vomitar, se te indigesta o te parece lo mejor que has probado en tu vida. Como todo refrito no depende de los ingredientes sino del consumidor.
Maldito Bastardo
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