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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
4
Thriller. Drama Chicago, en la década de los 30, cuando la Ley Seca (1920 a 1933) todavía sigue vigente Estados Unidos, los hermanos Bourant se convierten sin querer en contrabandistas de alcohol. En la tierra de las oportunidades no siempre es fácil ganarse la vida y hacer fortuna, sin embargo, estos hermanos fabricarán whisky casero y tendrán que ser astutos para que el agente especial Rakes y las autoridades no los descubran. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2012
26 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay proyectos que quedan en simple papel en el sentido metafórico y literal. La adaptación de la novela de Matt Bondurant sobre unos rednecks beatificados por sus semejantes rurales durante la Ley Seca no va más allá de la tensión que aparentemente puede generar ese rostro pálido, deformado y amanerado de un Guy Pearce mutado sacado directamente de las viñetas de Dick Tracy. El filme de John Hillcoat con libreto de su habitual y polifacético colaborador Nick Cave con sus anacronismos musicales añadidos, no mira más lejos de la intrascendencia. Es simple papel para que lo digiera el espectador: sin gusto ni alimento, simplemente una degustación pasajera. Un trago sin personalidad ni estilística ni narrativa evaporado ya antes de iniciar su recorrido por el gaznate. No sirve de nada contar con un solvente reparto si realmente no hay una historia potente y definida que detallar…

Veamos, tenemos numerosas líneas proclives al interés. El autor de la novela narra la historia de sus propios antepasados y en cierta medida se rodea del misticismo de la frase surgida de uno de ellos: «Nada puede matarnos. No moriremos nunca». Lamentablemente, el filme muere en menos de cuarto de hora… “Sin ley (Lawless)” tampoco va a jugar con mitos y leyendas, ya que deposita su punto de vista en el ‘guaperas’ de la familia pero sin otorgarle una gran historia —y melena Loreal— a lo “Leyendas de pasión”. La fábula de unos destiladores clandestinos en el condado de Franklin tiene puntos de interés en una conversión violenta desde la convulsada inocencia como medida de supervivencia del clan, en el mito del gánster que podría inspirar Floyd Banner (Gary Oldman), en el drama familiar, romántico y personal que parecen vivir los ya desvividos protagonistas. Poco importa, cuando todo es retratado por secuencias de montaje y anacronismos musicales que no añaden interés.

Ni Ley Seca, ni Gran Depresión ni corrupción política y policial en tiempos sin ley que nos devuelven al western como medida de rescate. Simplemente “Sin ley (Lawless)” hace aguas en comparación a un mal capítulo de “Boardwalk Empire”. Su concepción cinematográfica es tan fallida como indiferente y su narración no sabe conjugar las piezas que despliega en un destartalado tablero. Otra cuestión es saber cómo vender la película para atraer a espectadores. Teniendo en cuenta que media humanidad odia a Shia LaBeouf y la otra mitad quedó traumatizada al ver aparecer su pito y torturado rostro en un clip Sigur Ros, lo suyo era anunciar en el póster de la película que el actor nominado a 2 Razzies y 4 MTV Movie Awards será brutalmente apalizado. Millones de personas hubieran pagado y aplaudido por ver como LaBeouf es golpeado y hostiado ferozmente mientras pide con su boca hinchada y sangrando un perdón que nunca llegará. Al menos, para esta fallida película.
Maldito Bastardo
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