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España España · Madrid
Voto de sofía:
6
Drama Victor, su mujer Annette y su hija Pamela están a punto de abandonar Viena para trasladarse a París. Annette quiere creer que Viena ejerce sobre Victor una influencia negativa que consume sus energías. Ciega de amor, prefiere culpar a la ciudad antes que a él. Que sea un irresponsable que desaparece días y noches enteros, es para ella motivo de dolor, pero conserva la esperanza de que algún día recupere la cordura y la vida conyugal se ... [+]
20 de noviembre de 2022
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Vuelvo a no saber qué sensación me deja el cine de esta mujer. Esta película no tiene nada que ver con El padre de mis hijos y, sin embargo, me quedo igual de... no sé cuál es la palabra. Es como si algo que no era del todo sólido pero era suficientemente interesante o agradable de ver, se empezara a aguar poco a poco hasta acabar diluyéndose del todo. Vale, es su primera película y tiene mérito: los actores son creíbles; hay frescura, sobre todo en la primera mitad; está bien filmada, bien ambientada, buena fotografía. ¿Fallos? Pues que hay escenas que no dicen nada y precisamente es en ellas en las que más se extiende. Una mira la pantalla dando por supuesto que si se extienden tanto van a llevar a algún sitio, pero resulta que no, y eso deja de repente como un vacío.

Por otra parte no profundiza en nada, y eso hace que incluso el dolor parezca un poco insulso. Entiendo que la intención puede ser que el espectador rellene los huecos, pero la película no crea tensión emocional suficiente en ningún momento como para que las emociones entren en el estómago y allí sigan su curso. Son pinceladas demasiado leves, demasiado difusas. Y, además, después de esas escenas a las que he estado atenta y que han acabado dejándome suspendida en el vacío, ya no confío del todo, no sé hasta dónde tengo que meterme en cada cosa, y eso no ayuda. A mí me gusta rellenar huecos, pero necesito que me den pie mínimamente, y en esta película no acabo de encontrar dónde sostenerme para asomarme más. Eso es lo que echo de menos.

Me parece una pena que, contando con tantos recursos buenos, esta directora no les saque más partido. Es como si le diera miedo apretar los dedos y todo se le escapara un poco y se quedara como flotando, no ya sin llegar a ninguna parte, sino sin dirección. Y lamentablemente, en El padre de mis hijos tuve una sensación idéntica: todo está bien, pero le falta garra. Sin garra, la delicadeza es más bien inconsistencia.

A pesar de todo, como no me acabo de creer que Mia Hansen-Løve no sea capaz dar esa vuelta de tuerca, y porque encuentro algo auténtico en su cine y me parece una directora seria, mañana me veo otra peli suya.
sofía
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