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España España · Barcelona
Voto de Kondratieva:
9
Drama. Thriller Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustaciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. (FILMAFFINITY)
30 de julio de 2012
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Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial, Revolución Francesa, La Gran Depresión… Después de todos estos grandes acontecimientos históricos, Cornelius, junto a su alter-ego Tayler, se toparon con que ahora no hay nada por lo que luchar.

Los más peligrosos son los que no tiene nada que perder decía Goethe; Cornelius es realmente un peligro en potencia. Su problema es el insomnio que hace sentirse continuamente atrofiado dando lugar a estancamiento emocional. La cuestión que tenía que afrontar ya no era vivir, sino sobrevivir. Sus continuas visitas a los grupos de apoyo constituían una supuesta búsqueda de ser escuchado pagando el precio de confesar que él también estaba al borde de la muerte. Pero de lo que no era consciente el protagonista era de su odio reprimido que se desata con la manifestación de su alter-ego Tayler que dará lugar a la aparición de los ''Clubs de la Lucha'' pero, ¿Un sentimiento inconsciente es un sentimiento? Sea como sea, realmente es mucho más que odio; es hambre por tener un lugar en la historia. Ya se cerraron las listas VIP de grandes personajes históricos y no queda otra cosa que rebelarse ante todo a través de una guerra espiritual: la destrucción y la auto-destrucción para imponer ''una época glaciar para la cultura'', incluso si el precio es no tener opción a la victoria. Aquí es donde emerge la dura crítica al consumismo como la auto-consumición. Los miembros del club se mueven por el afán de desarchivar, desprender a la humanidad de todo el peso histórico, cortar el cordón umbilical con el resto de la historia, desrecordar para poder desaprender.

Pero cabe destacar que el consumismo da lugar a algo verdaderamente peligroso: Los ideales. Y lo que es peor, al continuo cambio de ideales en base a modas. ''Hoy quiero ser como 'X' aunque mañana tendré que ser como 'Y' y pasado como 'Z' ''. Así es como se produce la pérdida de la integridad. Pero cuando solo hay una opción esta automáticamente se convierte en válida pero ¿Y cuando no la hay? Aquí está el catalizador de la locura: La nada. ''Qué es peor, el infierno o la nada?'' Vayamos por partes. El infierno, es decir, el odio, como cualquier sentimiento significa vida (aunque sea una vida infernal). Sin embargo, lo que más asusta, lo que rompe los esquemas porque no se somete a los cálculos es la nada, lo absurdo. En definitiva, el protagonista quiere luchar por el hecho de ya no hay nada por lo que luchar. Sin embargo, es naturaleza del ser humano tener algo como pretexto, es decir, creer en algo, vivir por algo. Quizás ser egoísta sea una virtud. ¿No es suficiente hacer algo porque se quiere hacer, sin pretextos, porque sí? Hay un esmero contante por atribuir una causa a todo, una causa que se busca como el cielo en los charcos pero la verdad es que ya no hay charcos porque no hay cielo, no hay esperanzan ni tampoco el calor insoportable del infierno, solo nihilismo, la nada, en toda su complejidad. Ya no se habla de justicia o injusticia cuando no hay nada que juzgar. Sí, la nada es peor que el infierno.


Como conclusión, que cada uno saqué conclusiones porque es un tema de verdadera reflexión. Somos los únicos seres vivos conscientes de que vamos a morir. ¿No es un pretexto suficiente para volverse loco? Según la RAE, la palabra ''loco'' designa a una persona que ha perdido la razón, facultad de discurrir, inferir, sacar una consecuencia. En el Club de la lucha lo que se promueve es la auto-consciencia de que vamos a morir: Por una vida antes de la muerte. El desafío verdadero es seguir adelante a pesar de todo lo anterior. El pasado sólo es una trampa. Por último y llegando a este punto, tengo que darle toda la razón a la siguiente afirmación del escritor aventurero Henry Miller: ''No tenemos ningún poder sobre la realidad y realmente es lo mejor que nos ha podido pasar.''
Kondratieva
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