Sin red

El cine mudo fue un gran momento de la Humanidad. La ambición comercial coincidía con la artística. Los creadores más arriesgados, los más innovadores, los mejores, en suma, eran también los más demandados por la industria. Aún no se ha hecho la gran película que retrate esa época, similar en grandeza (y miseria) al inicio del Renacimiento en Italia.

Esta película es, en todo, reflejo perfecto de lo que digo. Un artista que se debe solamente a su propio ingenio, que no admite más reglas que las suyas, aunque pueda estar equivocado. La clara sensación de que en cada plano, en cada escena, el creador tiene que inventar porque aún no existe un manual de instrucciones definido para el medio del que se sirve. Sin red de protección alguna.

Y Stroheim terminó cayendo, claro. Pero lo que nos queda de “Avaricia” y de otras películas, aun con sus desequilibrios y sus desvaríos, posee una fuerza que me sigue estremeciendo cada vez que la veo.