Dentro del cine español pocas películas suelen destacar por las emociones que producen sus historias y aquellas que triunfan suelen ir de la mano de la comedia. Sin embargo, desde hace algún tiempo, cada 3 o 4 años suelen aparecer algunos títulos (Mi vida sin mí, los amantes del círculo polar...) que hacen que los corazones se encojan, que se acelere el pulso o que la pena se transforme en lágrimas que mojarán las mejillas de cualquier espectador que sea mínimamente sensible. Esta película está sin duda en este grupo, si bien es cierto que adolece de algunos fallos que enturbian el resultado final. Sobran las referencias y el discurso guerra civilista, la amiga de Clara no tiene la personalidad bien definida y el encargado del supermercado enamorado de Clara es un personaje 100% prescindible, con una historia que no te llegas a creer en ningún momento.

Con todo ello la película consigue transmitir y funciona a lo largo de sus más de 100 minutos manteniendo al espectador con una tensión y empatía que podían haber elevado el resultado final al sobresaliente, si no estuviese manchado el guión con unos fallos, que aún siendo secundarios, molestan y hace que pasar página y ver otro film se antoje más fácil de lo deseado.