Arthur Dent se levanta temprano en su casa, que alegría. De verdad lo es, una linda casa veraniega donde el sol abunda y de golpe la visita de la metrópoli civilizada a este pequeño rincón de la galaxia. Luego de una introducción, cual mas fenomenal, inicia el ritmo. Y este no parara en lo que queda de película. Polémica y extraña es verdad, cómica por momentos también lo es; filosófica, existencialista y fantástica como lo son pocas no lo he leído. Pues bien de esto se trata, es una película que te invita a que no la tomes en serio, a que te la fumes al buen calor de una sonrisa, que se puede hacer el director no hace más sino guiñarte el ojo durante toda la película, es mas lo hace el director y los abundantes diálogos construidos por Adams (se trato de una colaboración en mi opinión demasiado trascendente). Una cosa que no me imagine y es, que causa un efecto muy similar al de obra misma al ser puesta en circulación. Por momentos sudas helado, copos de nieve casi, lees una verdad oculta en un libro del cual no tienes la más mínima referencia y lo terminas, y es un nuevo comienzo. Se dibuja una sonrisa en tu rostro, tratas de convencerte de que es ficción, no es cierto, verdaderamente me impacto pero y ¿qué piensa mi amigo de ello? Lamento decir que todo se encuentra tan estereotipado, que buscar nuevas sensaciones a través de un film, es alocado, se sale de los círculos del buen gusto, de la cinemática (leyes del movimiento de los cuerpos sin tener en cuenta las causas que lo producen...) aceptable.
Recuerdo no hace mucho, una discusión que tuvo tantos matices del 7º arte entre varios amigos, pero que curiosamente nace de la concepción que cada cual tuvo al leer Tlon, Uqbar y Orbis Tertius de Borges. Memorable, que los filósofos de la genealogía de aquella civilización buscaran la estimulación de los sentidos (tratándose de literatura, un campo en el que bien se puede plantear de manera seria, una pregunta ultima). Y la película no peca de obstinada, sino que aquello es lo que la reafirma. Qué respuesta más original a la pregunta ultima del sentido de la vida, y es aquello lo que se ha de valorar. Porque el estilo de hacer cine ha evolucionado y es por aquellos que comprometieron sus ideas en aras de aquella revolución, lo hizo Fellini en Otto e mezzo, nuevas inclusiones; lo hizo Pasolini en una época de censura con Sado. Y hoy cuando ya las ideas varían, cuando se dejan de lado las discusiones morales que tanto libro y tanto cine exigieron (sino después de sesenta años, no se supera la II guerra mundial) se busca una nueva forma de fruncir el ceño y merece rechazo. Risas y risas, porque por aquí pasaron almas proféticas, carajo si fueron bastante humectantes.