Ha vuelto el mejor Mariano Barroso y lo ha hecho en una miniserie de 6 capítulos perfectamente estructurada que cuenta, con una sobresaliente narrativa, la historia de un hombre comunista, fascista, especulador, estafador, buen amante, buen hijo, divertido, honesto, con un gran corazón, seductor, un pobre hombre, canalla, mentiroso, trepa, romántico, traidor, etc. y todo esto no lo digo yo, lo dice la gente que lo rodeaba delante de la grabadora que el director de una revista de la época les pone para que definan lo indefinible, para que intenten cuadrar el círculo de alguien imposible de catalogar.
Pero estos personajes que hablan delante del magnetofón (así se llamaba antes) también tienen su vida, sus anhelos, sus circunstancias y su corazoncito y muchos de ellos calan más en lo sensible que el propio protagonista. Digno de resaltar el papel de algunos de estos personajes secundarios que son interpretados magistralmente.por actores de la categoría de Aura Garrido, Pep Munné, Elejalde y un grandísimo Jesús Carroza.
Por último no puedo soslayar la más que lograda ambientación de la Barcelona de las décadas de los 60 y los 70 que conforman el escenario de espacio y tiempo de esta interesante serie. Con muy pocas fisuras Barroso nos transporta al mundo de los migrantes de principios de los 60 del campo a la ciudad, al de las maletas de cartón, al de los curanderos estafadores, al mundo de los pijos de la jet barcelonesa, los niños de papá que fuman los primeros porritos bajo el paraguas de unas canciones muy bien elegidas en la banda sonora del film, hijos de gobernadores civiles, de prohombres del ladrillo y el pelotazo urbanístico, el mundo de los luchadores antifranquistas y los sótanos de la comisaría de Vía Layetana, Los nervios de un periodo que la historia denominó como "La Transición" y donde no había nada claro porque se temía el futuro.
En fin, aunque sea con cuentagotas se ha demostrado que en España se pueden hacer series muy buenas y esta, "El día de mañana", viene a unirse a otras como "Crematorio" y "Fariña" para dignificar este nuevo consumo de cine.