Felizmente fui al cine a ver esta película sin hacerme expectativas, pues sabía que iban a darle más importancia a la acción que a la trama, algo que Ang Lee se preocupó de hacerlo en su infravalorada película anterior.
La cinta se inspira en la serie de televisión protagonizada por Bill Bixby y Lou Ferrigno, sobre todo en la génesis del personaje, algo que se puede apreciar en los créditos iniciales; sin embargo, ello está escasamente desarrollado, al igual que los personajes, algunos de ellos sin trascendencia. Por ejemplo: la brasileña, el patán de la fábrica, el novio de Betty e incluso el señor Azul.
Norton no está mal como Banner, al igual que Tim Roth como Emil Blonsky (la cara le ayuda). En cambio los demás actores está flojos en sus interpretaciones: William Hurt como el general Ross más parece un pelele, a diferencia de Sam Eliott que sabía transmitir autoridad y dureza, y sobre todo, Liv Tyler, que más parece una universitaria enamorada que una científica, a diferencia de la belleza fina e intelectual de Jennifer Connelly.
Este Hulk es más monstruoso y violento que el anterior, y ello obedece a que los fans querían más acción y entretenimiento, algo que tenía en menor medida la película anterior, pero con ello, se descuidó mucho la historia haciéndola muy adolescente, olvidándose los guionistas en que la excesiva pirotecnia audiovisual es sinónimo de mal condimento de un plato (debe estar debidamente sazonado). Por ello, no es de extrañar que Edward Norton acabara enojado con la edición, pues se suprimieron escenas importantes del argumento, lo que motivó que renunciara a promocionar la película en todos los lugares donde se estrenó.
Para pasar un rato entretenido y nada más.