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España España · Valencia
Voto de Talladal:
8
Drama La joven Eva (Anne Baxter), que aspira a convertirse en actriz y triunfar en los escenarios, se las ingenia para introducirse en un grupo de actores de teatro y hacerse amiga y confidente de la famosa y veterana actriz Margo Channing (Bette Davis), gran dama de la escena neoyorquina. El deseo de actuar y los celos la consumen hasta el punto de comenzar a traicionar a sus compañeros en su escalada hacia el éxito. Ella halaga, atrae, ... [+]
23 de abril de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Nosce te ipsum”, decía, traducida al latín, la máxima griega. ¿Pero quién se conoce verdaderamente a sí mismo? Podemos llegar, como mucho, a vislumbrar ciertas inclinaciones de nuestro carácter, a encajar algunas críticas que nos dirigen nuestros semejantes, a seguir los pasos de aquellos a los que queremos imitar y que supuestamente conducen a alcanzar el bien más preciado, la felicidad. La pronta consecución de esta nos compele a alcanzar metas inmediatas, a menudo inmorales, buscando así un atajo envenenado. Y el resto de nuestro proceder permanece oscuro. Actuamos sin saber por qué. Empujamos la piedra, sísifos cotidianos. Juzgamos a los demás con la severidad de férreos jueces y nos aplicamos la máxima indulgencia cuando somos nosotros los que perpetramos las mismas faltas. Y sin embargo, seguimos viviendo y debemos aplacar nuestra conciencia, ese tribunal perpetuo que siempre está reunido en pleno. En la penumbra de nuestra frágil conciencia avanzamos buscando un poco más de luz que nos alumbre el camino. Aquellos que saben algo más de sí mismos –aunque solo accedan a conocer sus proclividades más inmorales- lo tienen un poco más fácil para alcanzar sus objetivos, pero la seguridad de que tales metas serán alcanzadas quedan fuera de nuestra voluntad. Y pese a tanta incertidumbre, en el teatro del mundo todos estamos condenados a adoptar nuestro papel: Portamos la máscara e interpretamos el drama de la condición humana. Y es precisamente el actor, aquel que puede ser todos los hombres, el que mejor representa la tragedia humana del desconocimiento: Ha de dar sentido al personaje y darse sentido a sí mismo como persona. La hipérbole de humanidad que constituyen los actores es el marco en el que se expone esta pesimista visión del ser humano. En este triste panorama parece que el amor y la buena voluntad son las únicas vías que se proponen para superar el ciego solipsismo que caracteriza nuestra existencia. La sociedad, en tales condiciones, está regida por el engaño, la doblez y la instrumentalización de nuestros semejantes, por lo que final y paradójicamente, la infelicidad impera. La perspectiva de sátira social se impone en esta obra. En esta película no solo se retrata a Eva, la primera mujer, sino a todos estos extraños y torpes seres que somos nosotros.
Talladal
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