Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Voto de Talladal:
7
Drama. Romance A Lou Pascal (Burt Lancaster), un viejo gángster de poca monta que consigue algún dinero con las apuestas, lo mantiene en realidad la viuda de su antiguo jefe. En el mismo edificio que él vive Sally (Susan Sarandon), una atractiva mujer aspirante a croupier cuyo cuerpo lo tiene obsesionado. (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2009
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Colores mates para personajes vulgares, víctimas de eventuales catástrofes. La desgracia se cierne sobre ellos, por lo que los personajes principales se valoran a sí mismos más por lo que fueron o lo que serán que por lo que son. El dinero es el Sumo Bien: Atlantic City es el templo donde fluye el dinero para los afortunados. Los desdichados lo pierden todo cuando gira adversamente la rueda de la fortuna. Cuando la necesidad se extiende, los deseos se intensifican. Esta es una película, por tanto, de frustraciones. Seres deseosos interactúan en el paradigma del American Dream, Atlantic City. El deseo adquiere distintos ropajes: Este quiere ser el rozagante y liberal gangster que fue, ese quiere vender la cocaína y hacerse rico, aquella quiere ser croupier y hacerse rica, la arcaica pin-up quiere seguir siendo caprichosa -y, por tanto, rica-, los malos ser malos ricos, y, en definitiva todos quieren la felicidad y hacerse ricos. Todos menos ese personaje tan puro que parece bobo o tan bobo que parece puro, mero accidente en la ilusión del oro. El amor está condicionado igualmente por la necesidad: El incitante masaje con limones no es otra cosa que un revulsivo del mal olor, los personajes se enamoran defraudándose. Y cuando todo va de mal en peor, y la trama parece que se desliza hacia el apocalipsis, los sentimientos de los personajes se dulcifican un tanto y aflora el lado luminoso del ser humano, los gestos que justifican nuestra existencia. Sirven de antítesis para la primera parte en que solo hay desgracia y sordidez, de ahí que el último tramo de la película redunde en una síntesis tibia: Una frágil esperanza tamiza el futuro de los personajes. Este es el único final feliz posible en la cenicienta Atlantic City.
Talladal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow