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Voto de elbisturi:
6
Ciencia ficción. Acción En víspera del 4 de julio, unas gigantescas naves espaciales aparecen en el cielo. El estupor inicial se convierte en terror al ver cómo atacan el planeta lanzando rayos destructivos contra las mayores ciudades del mundo. La única esperanza de salvación está en manos de algunos supervivientes, que se unen planeando un ataque masivo contra los alienígenas, antes de que sea demasiado tarde. (FILMAFFINITY)
10 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez vista la segunda parte, como ya más bajo no se puede caer, me lanzo con la primera. O sea, la buena. O sea, la mejor de las dos.

Porque aunque el guion ha sido explotado mil veces antes y después, esta película sí es recordada. Es cierto que es una americanada como una catedral (ya es casualidad que ataquen los extraterrestres el 4 de julio), pero cumple el objetivo de entretener.

Lo que no sé si la gente ha pensado es lo selectivo que es el escudo protector de los aliens. Ese escudo protege de disparos y de impactos contra otras naves, pero no de impactos contra el suelo. Y también permite que se le acerquen a poner una lata encima. Barrera selectiva, sí señor.

Brevemente digo algo de los actores: ¡ay, Will Smith, qué corazonada tuviste al no aparecer en la secuela! Sin ti esta película no hubiera sido igual. Esas ingeniosas frases que nos dejas en cada película… Bill Pullman, o como será siempre para mí, el Capitán Lone Star de La Loca Historia de las Galaxias, parece que le entró la morriña de dicha película, y siendo presidente se lanza a pilotar un avión. Otra prueba de que realmente está hecha para tocar la vena sensible yanqui. Y Jeff Goldblum, quien no actúa en películas con sólo personas (mosca, dinosaurios, aliens). Estoy seguro de que los primeros astronautas tenían mejores ordenadores en los años 60, pero él es el único que aprovecha el Wi-Fi (digo yo que así les mete el virus).

Y el ¿inesperado? Héroe de la película, el fumigador al que tanto le gusta el pimple… Bueno, inesperado no, si no fuese él quien se sacrifica, ¿a costa de qué nos van a dar el tostón desde el principio con su historia? Vamos, previsible a más no poder.

Pero te lo pasas bien durante las dos horas y cuarto que dura, con míticas escenas, como la de la Casa Blanca, que, por supuesto, es lo más recordado. ¡Que para eso este es nuestro día de la independencia!
elbisturi
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