La idea de esta mini-serie, no es nueva, pues el detective encarcelado ya existe en la literatura y comienza con "Seis problemas para don Isidro Parodi", de Honorio Bustos Domecq, seudónimo tras el cual se "esconden" los argentinos Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges.

Don Isidro Parodi, cuarentón, obeso, con la cabeza afeitada y de sabios ojos, fuma Sublimes y ceba su mate mientras cumple su condena en la Penitenciaría Nacional de Buenos Aires, allí escucha los relatos de sus visitantes, que le plantean sus enigmáticos problemas y gracias a su mente privilegiada es capaz de encontrar la verdad que se oculta tras las apariencias, para ofrecerles la solución.

La serie aprovecha este recurso, pero no es el único, existe otro protagonista que parece distar mucho de cometer un asesinato como hizo el detective encarcelado y aquí pasamos a las reflexiones sobre quien puede ser un asesino y si todos podemos cometer un asesinato, sin olvidar ciertas reflexiones sobre el castigo, la muerte e incluso la pena de muerte.

Pues salvando dicha reflexiónes, a mi juicio la serie no explota bien el recurso del reo detective, del cual se hubiera podido sacar más jugo para una serie, sin embargo, creo que hubiera ganado siendo un film de 120 minutos, que hubiera podido ser suficiente para mostrar las reflexiones y el dilema del "asesino".

Ah!.. y se han excedido con los privilegios que pueden dar a un preso condenado a muerte, está bien permitirse alguna licencia, pero así cuesta tragarselo.