Soy un enamorado de las películas de abogados. Empezando por ahí y tras ver la película, he de reconocer que no sé muy bien qué es lo que he tenido que aguantar. No llega a drama, tampoco a thriller y mucho menos nada tiene de la tensión típica ni del guión ricamente elaborado que una película de esta temática suele tener.

Demi Moore es la única que se salva algo en su interpretación, pero el resto de personajes son realmente lamentables, especialmente Alec Baldwin, quien a pesar de llevar tanto tiempo en esto del cine nunca consigue interpretar del todo bien ningún papel, acusando de movimientos histriónicos cuando no toca o de poses faciales más propias de guión y manual que de lo que realmente conviene.

Pero lo peor de todo es el guión. No hay por donde cogerlo. Nada de lo que ocurre tiene sentido, los saltos en el tiempo, las salidas de tono y las anécdotas forzadas no hacen sino lamentar cada minuto que uno soporta con estupor el final de la película. En conjunto, la película acusa de demasiadas escenas prescindibles, que en principio no tienen que ver con la trama general y si la excusa es introducirlas para 'decorar' o maquillar la historia, no hacen sino empeorarla y empobrecerla más de lo que ya estaba.