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España España · Madrid
Voto de Babayaga:
6
Drama Maria Enders (Binoche), 20 años después de hacerse una actriz famosa por su interpretación de Sigrid, el personaje que fascinó a Helena y la llevó al suicidio, deberá decidir si, ahora que se encuentra en la cima de su carrera profesional, quiere volver a aceptar un papel en la obra de teatro reinterpretada por un nuevo director, esta vez interpretando a Helena. (FILMAFFINITY)
26 de junio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces es difícil saber si una obra es profunda o pretenciosa. Muchas veces el calificativo depende de la personalidad o la sensibilidad de quien la contempla. Pues bien, para mí, por momentos, “Viaje a Sils María” me ha parecido pretenciosa.

La película es una escenificación constante, en otro plano, de la propia obra de teatro que va a representar Maria Enders (Juliet Binoche): la relación con su ayudante personal, Valentine (Kristen Stewart), es prácticamente idéntica a la de los personajes teatrales sobre los que ensayan. Desde muy pronto nos damos cuenta de esa identificación, no solo cuando están ensayando la obra sino también en su relación diaria. Valentine es Sigrid, la joven, la segura, la fuerte. Maria depende de Val, se siente atraída por ella, pero no se da cuenta o se deja llevar, que resulta más cómodo.

Binoche representa a María que representa a Elena, pero también es ella misma porque el tiempo ha pasado en la realidad. Como su personaje, se hizo famosa muy joven y, como su personaje también, ahora tiene que interpretar papeles de mujer madura, conforme a su edad. Stewart es Valentine pero también es su realidad, una actriz joven de moda y bien pagada, como lo es igualmente Chloë Graze Moretz que representa a la actriz que dará vida en la obra de teatro a Sigrid.

Los espectadores vamos estableciendo los paralelismos desde muy pronto y, una vez entendido esto del paso del tiempo, esto de la aceptación de ser quien eres en el momento que vives, esto de dejar de recordar quién eras, pues, bueno, a ver cómo actúan las protagonistas. Quizá porque a mí también me ha dado el síndrome de María Enders, me parecen muchísimo más naturales y creíbles las actuaciones de las dos jóvenes actrices que la de Binoche cuyas borracheras y risas me han resultado forzadas.

Para colmo de interpretaciones en varios planos, la película nos muestra un hermoso fenómeno meteorológico, la serpiente de Maloja, que no sé si pretende ser una metáfora del paso del tiempo o una simple muestra de la belleza alpina. Una nubes en forma de serpiente, cuyo origen no ha sido científicamente establecido, que se trasladan desde el sur en su avance inexorable hacia los valles suizos. Si tuviera ocasión, le preguntaría un día a Olivier Assayas, guionista y director de esta película, sobre el significado de la serpiente de Maloja porque esto sí se me ha escapado.
Babayaga
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