Haz click aquí para copiar la URL
Vietnam Vietnam · Sigo estando en Saigon
Voto de El dependiente:
8
Cine negro. Intriga. Thriller En la ciudad de Los Angeles un agente de una compañía de seguros (Fred MacMurray) y una cliente (Bárbara Stanwyck) traman asesinar al marido de esta última para así cobrar un cuantioso y falso seguro de accidentes. Todo se complica cuando entra en acción Barton Keyes (Edward G. Robinson), investigador de la empresa de seguros. (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe, y en ciertos aspectos está muy extendida, una filosofía primitivista, que nos recuerda que los primeros hombres carecían de la ambición obsesiva de la que se hace gala hoy en día, y, a pesar de los comienzos del trabajo manual, seguían viviendo adaptándose al medio, en lugar de adaptar el medio a sí mismos. Claro que, entonces, el arte estaba más relacionado con pintar búfalos en cuevas que con filmar adaptaciones de novelas, pero, de todas formas, el motivo por el que escribo esto aquí es más por el fondo que por la forma, y el fondo es el siguiente: se puede aprender muchísimo de nuestro pasado, y, de hecho, es la mejor forma de evolucionar, y Perdición es, sin duda, un gran ejemplo de esto, tanto por su fondo, como por su contexto.
Centrándonos en el contexto, el cine, al igual que el fútbol, ha cambiado mucho. No se puede comparar al Barça de Kubala con el Barça de Guardiola, al igual que no se puede comparar a Billy Wilder, uno de los más grandes del género noir, con Cristopher Nolan, porque ya solo con la mitad de los medios de los que puede disponer el segundo, el primero habría flipado. También se ha evolucionado mucho en técnica, en tratamiento de las películas y, por supuesto, en capacidad interpretativa (yo casi definiría una etapa pre Brando y una etapa post Brando en este aspecto), las historias piden más complejidad... hasta los créditos iniciales hay que saber hacerlos.
Sin embargo, por mucho que los actores de aquel entonces tuviesen todos la misma cara, las bandas sonoras no fuesen el culmen de la originalidad, a la historia se le hayan dado todas las vueltas de tuerca posibles o los avances técnicos hayan conseguido que las películas del pasado parezcan lo más falso del mundo, hay algo que no se puede copiar: como dice Gordon-Levitt en Origen, la inspiración es genuina. Llamadlo talento, inventiva, imaginación, capacidad... eso se tiene o no se tiene, y eso ni siquiera se puede aprender, solo puede uno maravillarse de que lo que está viendo es la obra de un verdadero artista. Aun así, hay que decir que al arte no le gustan los ídolos o los intocables, ya se llamen Coppola, Wilder, Van Gogh o Da Vinci. Es a nosotros (no a los usuarios de esta página, sino a todo el mundo) a quienes nos gusta crear ídolos en lugar de aprender de ellos, motivo por el cual hay usuarios que se dedican a fusilar críticas de otros usuarios porque en una ocasión dijeron algo negativo de su película favorita, o por el cual hay personas a las que no se les puede decir en voz alta que escuchar metal progresivo te parece un coñazo. Si aprendiésemos en lugar de endiosar, quizás podríamos evolucionar sin miedo. Ahí lo dejo.

Ahora vamos con el fondo:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
El dependiente
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow