Los primeros 20 minutos aproximadamente son de payasadas que más que risa dan pena, ya me estaba desmoralizando y me temía que todo sería así; pero entonces algunas de esas payasadas empiezan a encajar, y comienza "en serio" la película con más sensibilidad que he visto en mi vida. Obra Maestra, que debe ser eterna y lo será.

Hacía tiempo, no sé si meses o años, que una película no me impactaba tanto. En un sentido me recuerda a otra Obra Maestra totalmente distinta: "¡Tu madre se ha comido a mi perro!". Antes de verla, uno se pregunta: "¿Pero cómo va ser posible que una película combine bien gore con humor?". Pues sí, lo es. Llevaba años posponiendo el visionado de "La vida es bella" a pesar de sus críticas positivas porque pensaba: "No me va a gustar, porque ¿cómo se van a combinar bien el drama de un campo de concentración con el humor y la ternura?". Pues sí fue posible, y de forma apabullante. Tanto que su resultado fue esta Obra Maestra. Si tú también eres escéptico, ve la película y ya nos cuentas.