En esta época en la que la opinión le ha ganado la partida a la información, en la que se busca disfrazar la verdad y en la que el periodismo está metido en una trinchera intentando siempre justificar lo injustificable, merece la pena revisionar esta película y darse cuenta como ninguna presión debe prevalecer ante una noticia. Woodward y Berstein están ante la noticia de sus vidas y no cejan en su labor de investigación hasta conseguir toda la verdad en una trama política que terminaría con la dimisión de todo un presidente de los Estados Unidos.
El guión, que ganó el Óscar, se centra exclusivamente en la investigación dejando de lado los aspectos de la vida personal de Woodward y Berstein, algo que puede quitar carga dramática a la película pero que le da realismo. Tan fideligno a los hechos, o al menos a la novela homónima es que, durante algunos momentos llegas a perder el hilo de algunos detalles de la investigación ante tanta cantidad de nombres y momentos. El montaje es excelente, igual que la dirección y la interpretación de sus dos protagonistas y de los siempre convincentes Jason Robards y Hal Holbrock.
Recomiendo verla en Versión Original puesto que la versión doblada al castellano es un auténtico despropósito.