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Voto de Archilupo:
7
6,9
780
Documental En 1918, el poeta y boxeador Arthur Cravan desaparece en el golfo de México sin dejar rastro. En la actualidad, otro boxeador y artista, el director de cine Frank Nicotra, inicia una investigación que lo llevará tras los misteriosos pasos de Cravan desde Suiza hasta México, pasando por París, Londres y Barcelona. (FILMAFFINITY)
17 de julio de 2009
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Falso documental? Documental, sencillamente, aunque en la línea experimental de la Pompeu Fabra. Apenas hay un par de escenificaciones, para ilustrar la investigación. Lo dudoso es el personaje cuya existencia se intenta documentar, a partir de un material escasísimo: típicas fotos de álbum familiar, fragmentos de noticiarios filmados, postales de época, tomas de lugares de residencia… La figura del biografiado es borrosa y escurridiza donde las haya.

Nacido Fabian Avenarius Lloyd en Suiza, a finales del XIX, y sobrino de Oscar Wilde, de éste adoptó como mandamiento que la realidad imitase al arte e hizo de su vida una continua ‘performance’, huyendo del encasillamiento en la identidad fija.
Llegado al París donde bullían las vanguardias, con Apollinaire al frente, pasó a ser Arthur Cravan, y en su revista unipersonal “Maintenant”, que vendía por la calle en un carrito y de cuyos contenidos era autor exclusivo, fabulaba ser hijo secreto de Wilde, y heredero mesiánico de su espíritu.
Fanfarrón y dandy, robusto y mujeriego, borracho y rebelde, su forma de estetizar integralmente la concreta vida diaria originó un estilo protodadaísta, bronco y radical. Entre amoríos y uno que otro poema, se ganaba el pan como profesor de boxeo. Para evitar el alistamiento en la Primera Guerra Mundial vivió una temporada en Barcelona, donde daba sus clases en el Marìtim de la Barceloneta, y donde su condición de pugilista y aventurero dio lugar al episodio más destacado de su vida pública, episodio bufo: el combate con Jack Johnson, campeón mundial, en la plaza de toros. Tras una noche de farra, el boxeador poeta se presentó vacilante en el ring para aguantar seis asaltos, en un espectáculo adulterado.
Después a América, sin interrumpir la sucesión de amoríos, y allí su rastro se pierde, en una travesía marítima.

Para hilvanar con mínima consistencia los aislados datos disponibles, unas pocas sombras mezcladas con reflejos fugaces, se recurre a un elemento conductor que personifica la investigación, una especie de ‘alter ego’, también boxeador con inquietudes intelectuales, el campeón, escritor y cineasta Frank Nicota. Él es quien, mientras explica su comprensible curiosidad, se desplaza a los lugares donde Cravan dejó alguna huella, como el ruinoso palacete familiar de Lausanne, y quien se entrevista con personas que tienen algo que decir, como el pintor Eduardo Arroyo o la autora de la única biografía del enigmático púgil, Maria Lluísa Borrás, quien expresa las fuertes dudas sobre que los lienzos atribuidos a Cravan, por otra parte mediocres, sean realmente de su mano.

Como “Tren de sombras”, de Guerín, pero con menos riqueza visual y menos misterio en las imágenes, y como “Blow up”, de Antonioni, el documental de Isaki Lacuesta enfoca hacia ese campo límite donde la realidad se desvanece en unas huellas que, más que servir de indicio, con su mínima entidad velan el rastro, aún más mínimo.
Archilupo
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