Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Archilupo:
7
Documental. Terror Mezclando el documental y la ficción dramática, la película descubre la relación de los hombres de la Edad Media (su actitud y la proliferación de brujos y brujas) con algunas situaciones modernas de los años veinte. Un repaso al mundo del ocultismo, la magia negra y la brujería, a través de varios siglos, para dibujar un panorama que puede resultar tan fascinante como estremecedor. Película parcialmente basada en un manual alemán para ... [+]
12 de noviembre de 2010
21 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) “La brujería…” tantea un género en fase incipiente, el documental. Christensen alterna procedimientos: imágenes de grabados antiguos y algunas maquetas pero, sobre todo, dramatizaciones a cargo de buenos actores, con escenificaciones y vestuario muy esmerados. Destacan unas simulaciones de vuelos al aquelarre con superposiciones y siluetas, los impresionantes demonios paridos por una mujer, o el repaso y demostración de unos instrumentos de tortura.
La fuerza exploradora le proporciona a la película un vigoroso y singular carácter que explica su larga vida hasta nuestros días. Fue adoptada por los surrealistas y, además de en el campo documental, ha influido en el fantástico y de terror, por el atemorizante clima logrado en varios pasajes.

2) En lo temático, desarrolla lo anunciado en el título y contempla las creencias de las religiones antiguas, así como el enfoque científico que hoy incorpora la histeria a las interpretaciones. Pero se detiene mucho más en la época medieval, en el episodio de la represión de la brujería en Europa, difícil de dimensionar en cuanto al número de millones de personas ajusticiadas y en cuanto a los rasgos del fenómeno histórico y cultural en cuestión, de por sí escurridizo.
El film lo trata con notas y apuntes, sin entrar en teorizaciones fuertes. Para ello maneja una imaginería distinta de la tópica, la de la bruja horrenda, vieja pelleja con verrugas peludas.

La ancestral cultura campesina, de raíces matriarcales, centrada en el conocimiento y uso de las fuerzas de la naturaleza y asociada a una compleja farmacopea botánica, colisionó con la religión oficial, que habilitó tribunales específicos, los inquisitoriales. A esta política de la delación, el suplicio y la hoguera se dedican buena parte de los siete capítulos.

Entre las masas de analfabetos, dominados por la superstición, el rasgo diferente se volvió peligroso: una mancha en la piel, una cojera, ojos demasiado claros, voz resonante o un don cualquiera eran sospechosos y podían provocar una denuncia indemostrable. Al no necesitar prueba, la acusación de brujería se convirtió en método para eliminar enemigos personales, parientes odiados y acreedores. En la paranoia general, la persona acusada estaba prácticamente perdida desde ese instante. En la cámara de tormento no había salida: negar la acusación se consideraba mentira y acarreaba condena; sucumbir a las torturas y confesar, aun en falso, también. En el fondo, los jueces ansiaban oír la confirmación de las morbosas y empalmadas fantasías proyectadas sobre aquellas pobres mujeres: las consabidas imágenes bizarras del vuelo en escoba, las danzas desnudas en el palacio de los sueños, el caldo de recién nacido, la transformación en animales, el beso en el satánico trasero…

3) Más de un tramo resulta inevitablemente primitivo, pero muchos conservan una calidad vigente. El conjunto es una mirada muy interesante sobre un fenómeno que aguarda esclarecimiento.
Archilupo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow