Norah Price trabaja en una estación submarina que está tela de profunda, 3000 leguas o algo así, yo es que o es a centímetro o no controlo. ¿De que trabaja? ¡qué más da! científica, ingeniera o algo así cool que le permita aporrear pantallas y botones pareciendo que sabe lo que hace. Qué la muchacha se está lavando la piñata y una descompresión cataclísmica lo manda todo a freír espárragos y ¡ea! ya tenemos pepa montada.

Así que ella, y otros NPC que se va encontrando por ahí tienen que buscar una salida a tan magno desafío que como no, tiene tiempo limite antes de que todo implosione y se mueran horriblemente, lo que pasa es que en su odisea hacia la salvación se dan de cuenta de que algo a mayores de las titánicas presiones que amenazan sus vidas los esperan en el exterior para leerles la cartilla por perforar el fondo marino en busca de petróleo y les quieren decir que ser avariciosos está mal y que se van a enterar.

Ejercicio de genero ya visto muchas veces pero que resulta ameno y simpático, con una dirección solvente y que va directa al grano sin ambages ni medias tintas, una buena atmosfera y algunos momentos acertados a pesar de estar en lugares comunes ya muy trillados. Una carrera contrarreloj contra una catástrofe y unos entes submarinos que irán seleccionando al elenco hasta un final previsible y muy, muy convencional.
¿Por qué le casco un seis entonces? Porque es amena y se aleja hábilmente de un discurso pretencioso o existencialista, tiene unos medios técnicos decentes, me gustó su atmosfera y escenografía, algún clímax está logrado y si bien los sustos son una birria, el descubrimiento de ese algo más que acecha en las profundidades abisales me pareció muy bien desgranado y puesto de largo.

Lo peor, su inocuidad tal vez, que todo esto ya lo hemos visto muchas veces, aunque en la ocasión está bien servido, unas actuaciones muy genéricas que incluyen toda clase de arquetipos con una Kristen Stewart que hace lo que puede y un Cassel cobrando el cheque, de T.J. Miller no digo nada, supongo que tiene que haber de todo en una peli de estas y que la idiosincrasia de la amenaza podría tener algo más de trasfondo y creo que ganaría en fondo y forma, no solo un mero obstáculo en el devenir del periplo de nuestros queridos protagonistas.

Amena con algún buen toque, incluso Lovecraftiano, que se puede defender en un visionado pasajero.