Clint Eastwood ha dirigido en los últimos años, cuatro o cinco películas maravillosas de lo mejor que se ha podido ver en las salas de cine: con grandes guiones, extraordinarias interpretaciones, buenas bandas sonoras, brillantes direcciones; historias que me tocaban emocional mente.
Sus películas siempre me gustaran, siempre le estaré agradecido por tantos y buenos momentos: pero Gran Torino es una historia floja, realizado a brochazos a pinceladas, una pandilla por aquí, otros tres por allá, metidos con calzador, sin papeles destacados por falta de elaboración, excepto el suyo: un guión sin trabajar.