Y es que la gente que da palos a esta obra no valora algo importante. El humor no sale tanto de Borat como de los personajes que aparecen.
Borat no es tonto, hace que los que aparecen queden como tales.
Un humor simple en la superficie pero con un poco que se mire más allá vemos como el ácido se impregna del film dando donde duele.
Dicen que Borat es idiota o machista. Las dos cosas las tiene al igual que idiota es Homer Simpson o machista es Peter Griffind.
Es fresca, contundente y entretenida. No puedes pedir más ni yo contar más para no destapar momentos geniales como una cena con gente fina, unas lecciones de conducción, etc...
Además resulta curioso como la gente al ver una cámara y un hombre de extraño acento, admiten que es un reportero.
No llega al 10 por, digamos el último tercio de la obra, afloja bastante en todos los sentidos. Por lo demás muy recomendable para pasar un buen rato.