Con lo bien que estábamos y terminas por hacerme estas cosas...
Empieza la película y tiene buena pinta. Un buen reparto, un ritmo intenso y constante e incluso un argumento que prometía sacar algo interesante. No solo eso, si no que hay escenas muy bien rodadas y el excesivo uso de la música esta totalmente justificado.
Pero cuando todo iba viento en popa... FRENAZO.

Nos cuelan una historia de amor típica hasta la nausea, de esas de escapemos de nuestras vidas para ser felices. A esto añadir que la química es inexistente.
El personaje que en principio soltaba frescura por todos sus poros, va volviéndose gris para acabar en negro.
Los personajes secundarios desbarran hasta límites absurdos, en especial el personaje de Spacey.
Y ese final...ese final bochornoso...

En conjunto es un viaje que empiezas con alegría pero que según pasan los kilómetros retornas a la tierna infancia para soltar la mítica frase "¿hemos llegado ya?".