Estamos ante la clásica película " feel good" americana, que sin un argumento original o un guión sorprendente consigue entretener y que salgas con una sonrisa del cine.
Es una película que no engaña, dirigida a un público que sabe bien lo que va a recibir por el precio de su entrada. Y en ese sentido la película no sólo cumple, sino que supera las expectativas. Por eso no es de extrañar que fuera una sorpresa en la taquilla americana recaudando más de 65 millones de dólares (y más de 100 a nivel global).
Destacar las actuaciones de Anna Kendrick y Rebel Wilson, que saben sacarle jugo a sus papeles y una banda sonora bien escogida.