La película guarda muchos elementos autobiográficos del autor. Desde el teatro, que fue parte de su vida, desde que era un niño. Toda la vieja carrera del autor, se ve reflejada en la melancolía del payaso, que ya no puede causar gracia. Es a través de elementos como el teatro, que Chaplin puede revivir de momento, su época del cine mudo. Pero no solo hace una mirada a su pasado, también lanza su último discurso. La razón para vivir.

Chaplin de una forma presentía que su tiempo ya había llegado, estaba a pasos de su final y es con toda la humildad que da la película, desde la sencilla puesta en escena. (rasgo común en el cine de Chaplin) Y la gran inclusión, en un pequeño momento, de su rival en taquilla y amigo Buster Keaton. Otro titán del cine mudo. Que Chaplin embellece la película.

La cinta reúne el drama y los rasgos cómicos que Chaplin perfeccionó con el pasar de los años, es capaz de hacernos reír y llorar por la situación, cómica y triste. Y en el caso del autor, un viaje de nostalgia a la época del silencio, a como la cámara era estática y a través de su lente retrata las historias de la misma forma en que se presenta en el teatro.