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Voto de Fëanor:
2
6,7
64.779
Fantástico. Aventuras. Acción
"El Hobbit: La Desolación de Smaug" continua la aventura de Bilbo Bolsón en su viaje con el mago Gandalf y trece enanos liderados por Thorin Escudo de Roble en una búsqueda épica para reclamar el reino enano de Erebor. En su camino toparán con multitud de peligros y harán frente al temible dragón Smaug. (FILMAFFINITY)
23 de diciembre de 2013
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es sabido por todos que las drogas ayudan a los artistas en ocasiones a realizar una obra magnífica y sublime, no es el caso de Peter Jackson. Ni todo el LSD del mundo podría ayudarle a arreglar esta desfachatez de película.
Pero no se trata de poner a parir a Peter de forma gratuita, entiendo que hay ciertas limitaciones en el cine y es imposible (y probablemente aburrido) realizar una transcripción literal del libro. Eso es una cosa, y otra cosa muy distinta lo que se ha hecho en esta película.
El libro, que ya se encontraba ligeramente desposeído de su esencia infantil y risueña en su primera entrega, ha sido mutilado totalmente en esta segunda parte. No me considero un purista intransigente, pero una película que podría haber sido harto divertida la han intentado presentar de forma épica con un resultado totalmente absurdo e incoherente.
Pero no se trata de poner a parir a Peter de forma gratuita, entiendo que hay ciertas limitaciones en el cine y es imposible (y probablemente aburrido) realizar una transcripción literal del libro. Eso es una cosa, y otra cosa muy distinta lo que se ha hecho en esta película.
El libro, que ya se encontraba ligeramente desposeído de su esencia infantil y risueña en su primera entrega, ha sido mutilado totalmente en esta segunda parte. No me considero un purista intransigente, pero una película que podría haber sido harto divertida la han intentado presentar de forma épica con un resultado totalmente absurdo e incoherente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo que más me ha molestado de todo es que se haya intentado dar un ritmo acelerado a la película, con persecuciones de orcos (totalmente inventadas) y fechas límite muy cercanas que imprimen un carácter frenético a la marcha de los enanos y los llevan de apuro en apuro. La estancia en casa de Beorn se reduce a una noche (por no hablar de la llegada a dicha casa, un despropósito con "El Hobbit" en la mano), la estancia en la fortaleza élfica se me antoja ridículamente fugaz y la huida en los barriles no deja de ser una exhibición de efectos especiales totalmente prescindible.
La barbarie llega a su punto álgido cuando entra Bardo en escena. A partir de ahí la película ni si quiera se asemeja al libro (ah sí, los enanos siguen teniendo que ir a la montañita) y la acción vertiginosa se convierte en caída libre. Todos estos cambios podían haber sido disculpados si el resultado final tuviese una coherencia interna y mantuviese la esencia del libro, la esencia infantil que marca la obra de Tolkien. Pero nada de esto sucede, se trata de hacer una vulgar copia del gran éxito de Peter Jackson, el Señor de los Anillos, sin que le llegue a la suela de los zapatos. Sólo se salva la aparición en escena de Stephen Fry, que por motivos sentimentales (A bit of Fry and Laurie); no por su papel, otra invención que apuntarle a la película; me hizo mucha ilusión ver en pantalla.
Entiendo que la fórmula le funcione bien, y la película, llena de toboganes improvisados y caídas inverosímiles, consiga hacer taquilla debido a un público ansioso de observar las maravillas del 3D combinadas con el sentido del espectáculo del señor Jackson, pero desde luego no creo que ninguno de los que se iba a la cama con el Hobbit y leía las peripecias de esos simpáticos enanos y ese risueño Bilbo tenga palabras amables para esta película.
La barbarie llega a su punto álgido cuando entra Bardo en escena. A partir de ahí la película ni si quiera se asemeja al libro (ah sí, los enanos siguen teniendo que ir a la montañita) y la acción vertiginosa se convierte en caída libre. Todos estos cambios podían haber sido disculpados si el resultado final tuviese una coherencia interna y mantuviese la esencia del libro, la esencia infantil que marca la obra de Tolkien. Pero nada de esto sucede, se trata de hacer una vulgar copia del gran éxito de Peter Jackson, el Señor de los Anillos, sin que le llegue a la suela de los zapatos. Sólo se salva la aparición en escena de Stephen Fry, que por motivos sentimentales (A bit of Fry and Laurie); no por su papel, otra invención que apuntarle a la película; me hizo mucha ilusión ver en pantalla.
Entiendo que la fórmula le funcione bien, y la película, llena de toboganes improvisados y caídas inverosímiles, consiga hacer taquilla debido a un público ansioso de observar las maravillas del 3D combinadas con el sentido del espectáculo del señor Jackson, pero desde luego no creo que ninguno de los que se iba a la cama con el Hobbit y leía las peripecias de esos simpáticos enanos y ese risueño Bilbo tenga palabras amables para esta película.