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España España · Villanueva del trabuco
Voto de depledger:
8
Drama Nueva York, 1972. Charlie (Harvey Keitel) es un joven italoamericano de 27 años que trata de ascender en la mafia de Nueva York, pero dicho ascenso se ve obstaculizado por su sentimiento de responsabilidad hacia su imprudente amigo, Johnny Boy (Robert De Niro). (FILMAFFINITY)
15 de junio de 2015
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Recuerdo que vi a dos vagabundos dando tumbos por Elizabeth Street, el primero estaba tan borracho que el otro intentaba robarle los zapatos y, mientras se peleaban se escuchaba, procedente de no sé donde, "When My Dream Boat Comes Home", de Fats Domino. El mundo era así de loco, y me pregunté por qué no aparecía tal cual en las películas". Con este elocuente relato, extraído de "Scorsese on Scorsese", hallaba el genio italoamericano su propia esencia, esa particular forma de entender el cine que le distingue marcadamente del resto y que iba a encontrar en "Malas Calles" su piedra de toque.

Se trata, en efecto, de un instrumento, un film que a los amantes de Scorsese nos evoca aquello que se siente cuando se observan los bocetos de El Guernica después de ver el cuadro: el proceso de materialización de un gran talento en obra de arte. Así como los bocetos nos trasladan al estudio de Picasso y nos hacen participar de esos momentos en los que todo estaba en la cabeza del artista, y en los que se preguntaba qué molde utilizaría para compartirlo con el mundo, "Malas Calles" es una suerte de ensayo cinematográfico que permitió a Scorsese poner a prueba el estilo que quería imprimir a su cine. Estamos frente a la antesala de un buen paquete de obras maestras tales como "Casino", "Uno de los Nuestros" o la no tan aclamada pero igualmente genial "Gangs of New York", obras que, en coherencia con lo explicado sobre el Guernica, recomiendo al lector ver en primer lugar, pues los bocetos no hacen sentir gran cosa si no se observa antes aquello tan soberbio a lo que han servido.

La utilización de la música es sin duda lo mejor. A través de bellos e inusuales contrastes violentos, se pone en evidencia lo acostumbrados que estamos a que las canciones de amor y felicidad sean solo para las escenas felices y de amor. En el cine convencional, el drama se nos presenta a menudo como la necesaria transición a la euforia, y no se suele mezclar con ella. Pero en el mundo real, ambos se solapan a menudo, creando bellas rupturas de la rutina y el guión oficial, en parte creado por ese mismo cine convencional. Sin duda la ficción no debería privarnos eternamente de eso, pues tratar de superar la belleza de la realidad no tiene por qué implicar renunciar a lo que ésta alcanza por sí misma.

La nota se me queda en un 7, no porque no sea una película notable, que lo es, sino porque no tiene historia: nuestro director se limita a ir probando éste o aquél efecto musical, tipo de imagen o modo de mostrarla. Tiene la forma, que sin duda es lo más importante en el buen cine, pero le falta el fondo que, por añadido, tendrían sus posteriores películas. Las que serían la verdadera culminación de un talento mayúsculo, de otro mundo, pero ante todo peculiar y único.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
depledger
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