Sobre gustos la inmensidad es grande. Ejemplo, a los magrebíes les encanta el cuscús acompañado de la carne del pez llamado en España "lisa"; en cambio, lo que son las cosas, en España, los peces lisa no suelen comerse salvo en algunos lugares muy concretos de la costa, pues se sabe que es un pez baboso, puerco, de esos que van comiéndose todas las mierdas que van hallando en los fondos próximos a la costa, en las desembocadura de aguas sucias, etc.

La película está bien y es sorprendente en la escena de la muchacha que baila la danza del vientre, quizás porque su vientre es algo abultado, tanto que parece una embarazada de cuatro meses.

La historia narrada es melancólica: un hombre mayor de origen y familia magrebí, que repentinamente es jubilado forzoso de unos astilleros franceses y decide montar un negocio-trabajo propio. Su vida en verdad es bastante compleja y enmarañada, con varias hijas e hijos de una primera mujer a la que ha abandonado y viviendo con otra y la hija de ésta. El guión va repasando los perfiles de cada una de las mujeres y jóvenes que tienen que ver con el protagonista, hasta elevar a tesis que aquellos que son los más segregados suelen ser los que resuelven y buscan una solución en la hora crucial cuando acontece un grave problema.

Es una película muy digna y llena de ternunas, de humanidad, aunque también algo larga y pesada.