Últimamente parece que las comedias se dividen en dos tipos: tipo 1 'Vergonzosamente Mala' (de esas para sacarte los ojos y quemarlos o cualquiera de Adam Sandler en los últimos años) y tipo 2 'Vergonzosamente Azucarada' (de esas donde la pareja protagonista después de sufrir un bache emocional y estar separados durante un tiempo se dan cuenta que no pueden vivir el uno sin el otro, se reencuentran, se casan y vomitan arcoiris juntos). Parecen distintas pero no, son lo mismo: Vergonzosas, no las volverías a ver.

Pero de tanto en tanto aparecen joyitas como ésta que te recuerdan que las comedias pueden dar más de sí, esas películas que pasan desapercibidas por no contar con unas caras conocidas, que no se estrenan en los cines y que prácticamente te encuentras de casualidad. He de decir que por el título y la portada la clasifiqué como tipo 1 'Vergonzosamente Mala', pero viendo la programación televisiva pensé: no puede ser peor. Y señores...¡Qué buen rato! Quizás mis pocas esperanzas ayudaran, pero la verdad es que pasé una tarde palomitera en casa genial.

Se trata de una comedia de terror, vamos, reírse de lo que da miedo (a mi ver). Me recordaba a pelis como Scary Movie (donde llevaban la parte cómica de Scream a lo absurdo), Shaun of the Dead (donde una pandemia zombie puede ser lo mejor que te haya pasado en la vida), Arrástrame al Infierno, Dead Evil o La Cabaña del Bosque, película que creo se asemeja más a 'Tucker & Dale' puesto que ambas juegan con los tópicos de las películas de terror adolescente.

Lo dicho, muy divertida, la recomiendo.