Existe una manía en Hollywood, y es que para que una película sea una obra maestra, debe durar una eternidad, en este caso hay casi tres horas de metraje, aunque en ningún momento se hace larga.
Gracias a la buena dirección y guión de Andrew Dominik la película transcurre con vivacidad, de forma amena y con una estética muy elegante. Aun así puede resultar un poco cargante en el momento en que presentan a todos los personajes, puesto que son muchos y puede dar lugar a equivocaciones, con lo cual puede ser algo difícil de seguir.
El reparto es completo e inmejorable, simplemente perfecto. Un acierto total tanto la elección de Pitt (un mito en el mundo del cine, interpretando a otro mito, en este caso la figura más legendaria del viejo oeste, el forajido Jesse James), como la de Casey Affleck para el papel del cobarde de Robert Ford, el cual interpreta de forma sublime, lo que le valió para una nominación a la estatuilla dorada. Un actor que sin duda en cuanto a calidad de interpretación supera de forma cuantiosa a su hermano Ben dejando el apelativo de "Casi Affleck" a un lado.
La banda sonora es poderosa y envolvente, sin duda la gota que colma el vaso para un western biográfico que te sorprenderá si no conoces la historia y no te decepcionara si la conoces.
Sin duda de las últimas películas realizadas de este género, esta es una de las mejores.