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Voto de Gregorio Samsa:
8
Comedia. Drama. Romance Lars (Gosling), un joven muy dulce y muy tímido que vive con su hermano (Schneider) y su cuñada (Mortimer), lleva, por fin, a casa a Bianca, la chica de sus sueños. Lo malo es que se trata de una muñeca que compró en Internet, aunque él la trata como si fuera una mujer real. Aconsejada por una doctora (Clarkson) y con la intención de ayudarlo, su familia decide seguirle la corriente. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los severos problemas de retraimiento y la ternura y bondad que irradia, contrastan en la sin par personalidad de un hombre retratado por un guión fresco que se muestra como una gran bocanada de aire tibetano. Padece hafefobia (un miedo raro a ser tocado) y unos problemas de personalidad insondables, muy retraído hacia las demás personas.
La presentación de los personajes es limpia y formal. Desde el principio se sabe que Lars sufre mucho y que su cuñada empatiza con él, aunque el hermano crea, cínicamente, que no es nada. Si bien voluntariamente, se presiente que es la fragilidad de Lars la que le constriñe al retiro en un garaje que resalta por su frialdad, siendo el símbolo de la incomunicación del personaje. En contraposición está la acogedora casa principal, la cual quieren reintegrar la cuñada y el hermano, en menor medida, intentando que Lars se mude a ella.
Karim es el personaje que soporta el choque de la situación y como tal desborda complejidad. Comprende que Lars de forma inconsciente está pidiendo ayuda y sujeta a Gus en su error de creer que su hermano está loco. Funciona como hilo conductor entre los dos mundos, irradiando un instinto maternal hacia Lars (ella está embarazada) y racionalizando el problema. De hecho los personajes femeninos parece que llevasen la mesura y la discreción en la historia (no en vano el guión está escrito por una mujer) y los masculinos fuesen algo más impulsivos. El personaje de la muñeca en la película no pasa de ser el de un mero objeto de atrezzo, ya que Gillespie no consigue la complicidad del público en aceptarlo como tal.
La puesta en escena es correcta, no obstante alguna situación se tiende grotesca y ridícula y se da la impresión de que el guión esté fuera de control, ya que se tiene una sensación surrealista a rachas que quitan cierta credibilidad, pero que quiero entender que es premeditado. Su ritmo es paulatino pero muy seductor y no tiene giros extremos la trama, de hecho las pocas curvas están advertidas de antemano.
La fotografía es sobria, sin pretensiones a establecer iconos tendentes a llamar la atención. Gillespie hace que parezca fácil hacer cine con un guión osado, puesto que confiere un punto de vista trascendente sobre la problemática tratada.
Ryan Gosling revalida su consistencia como actor, dejando bien claro cómo se escribe su nombre y despuntando con una interpretación memorable, tratando al personaje de forma respetuosa que no deja indiferente.
Es muy agradable el avance temporal de la acción, en un suave y nítido invierno que inspira melancolía y acentúa la sensación de soledad de Lars. Al igual que la BSO que nos sumerge y amodorra parcialmente. Pero el conjunto a veces peca de empalagoso porque presupone que el ser humano es generoso por naturaleza y comprensivo por sugestión colectiva. Estos defectillos se van perdonando según se desarrolla la historia y deja un buen gustillo que hace demandar más cine de este tipo, recomendado para melancólicos incorregibles.
Gregorio Samsa
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