Sonsaco armonía en su manera de contar acontecimientos, con una dualidad activa: presente - pasado, tampoco excesivamente original, pero sí resultona y con efecto convicción. A su favor cuenta también con todo lo relacionado con el término: "secundario", ya sea humano, material, musical o de mensajería. Destaco un par de maravillosos momentos sonoros con dos canciones que investigo y descubro en los créditos que están firmadas por "Radiohead" (importantes y lógicos desconocidos para uno que tan sólo se preocupa del Blues) y muy por encima del teórico escalofrío incestil, meollo de primera instancia del agobio pelicular, recalco la eterna constante con fácil pareado: Religión da igual cual = detritus total.

Dicho esto, sustraigo del resultado impuestos y peajes, en lapsos temporales y justificación de determinadas acciones con una claridad bastante difusa (torturas que uno no entiende muy bien a cuento de qué y matanzas cuando menos de muy extraña ejecución) además de cierta gilipollez rancia en alguno de los personajes principales (sobre todo masculinos) con careto de cáncer de páncreas demasiado redundante y sobreactuado, aun a pesar de estar transmitiéndonos semejantes e insoportables crueldades.

Pues eso, muy seria, mucha angustia, buena ambientación, pero también uniformada con algunas aristas que deberían haber impedido un rodar tan continuado hacia cotas demasiado altas.