Es una buena película de animación, no tengo el menor temor al afirmarlo. El hecho de que no sea otra genialidad o una nueva joya confeccionada por el apellido de más renombre de la animación mundial, no implica que haya que restarle el valor que merece. Es evidente que está muy lejos de maestrías como "Chihiro" o "Mononoke", pero posee aun así muchas de las constantes de las películas del Gran Sensei Miyazaki. Obviamente, su hijo, Goro, tiene mucho que aprender todavía, aunque, modestamente, creo que ha cumplido con creces y quienes critican el resultado quizás esperaban algo imposible, pues Hayao sólo puede haber uno y para no ser él y aunque sea su sangre, ha conseguido una película muy entretenida y desde luego más que digna, que, exceptuando a Pixar y alguna cosa de Dreamworks, sobresale con creces en la media de la animación restante.

Afrontadla pues sin prejuicios y con la única idea de disfrutar de una aventura fantástica de corte clásico, por momentos hermosa, bastante bien condimentada y por supuesto muy merecedora del tiempo invertido en degustarla.