Por favor, compararla con "Juno" y peor aun con "Pequeña Miss sunshine" da risa. No es más que otro producto bonachoncete de los de reencuentro de papaito locuelillo con su chavala adolescente formalita y de craneo asentado, con las peripecias habituales, en esta ocasión alrededor de unos doblones del siglo no se qué por los que está obsesionado el barbudo Michael Douglas, quien tras salir del siquiátrico viene a desbarajustar la estabilidad de la susodicha mozalbeta Evan Rachel Wood.

Las actuaciones (debí de ver otra película) tampoco me parecen para tirar cohetes, Ella mejora de mitad de peli en adelante y él, bueno, digamos que está bien con barba y cuando abre mucho los ojos, poco más.

Nada, que se come con la seguridad de que vamos a hacer una digestión sencillita, pues no tiene condimentos potentes que puedan provocar ardor, flatulencia ni demasiado movimiento cerebral. El final es tan obvio que ni siquiera decepciona y posiblemente en breve no recordaré ni el título.

Suelen gustarme las cosas pequeñas, pero ésta ya la tengo muy trillada y ya no me afecta su brillo.