La película narra desde la perspectiva de un niño a modo de flashback la historia de una familia obligada a exiliarse en un pueblecito perdido en Argentina debido a la dictadura militar.
Sus vidas giran en torno a una cooperativa lanera con todos los ganaderos del pueblo, y esto les sirve para poder oponerse al abuso del terrateniente de la zona. Además proporcionan al pueblo de forma gratuita la educación y la sanidad, todo ello en un entorno austero, pero más cerca de la Utopía en la que sueña Mario que del mundo capitalista que todo lo engulle mas propio de la ciudad. Al pueblo llega Hans (José Sacristán), un geólogo enviado con el objetivo de encontrar petróleo en la zona, y con él llegan los malos presagios y los primeros indicios de que hasta ese rincón está llegando la globalización de la que ellos huían. El reparto principal lo completa Nelda, una monja discutida por su gremio debido a sus ideales, que también ayuda en la cooperativa.
El tema principal es la necesidad vital de encontrar nuestro lugar en el mundo, la de qué hacer con nuestro conocimiento, con nuestra profesión. Mario, el catedrático de sociología represaliado por la dictadura acaba en un lugar de la periferia rural, tratando de poner en marcha una microutopía.