Fallet es una parodia excelente. Es disparatada y divertida, juega con la estupidez y el absurdo para montar un enredo estrambótico y rocambolesco entre la policía inglesa y la sueca, colaborando juntas para resolver un extraño asesinato. La trama es lo de menos y, seguramente, esté mal diseñada y con algunos fallos argumentales que se perdonan porque el objetivo no es la intriga, sino construir una caricatura de las series policíacas que tanto abundan.

Se agradece el dinamismo y el humor fino, inteligente y sin groserías. Pero donde Fallet brilla es en la construcción de los personajes: muchos y entrañables. El agente británico (y su madre) es genial; el comisario sueco fantástico; la forense inquietante; el ayudante entrañable, y así todos en general.